vendredi 8 février 2019

Tu Cuerpo sabe la Respuesta

Nuestro cuerpo sabe mucho más que nuestra mente. Habitualmente no lo pensamos así, pero el cuerpo sabe cómo hacer todas esas cosas extraordinarias que hace, a través de los procesos que tienen lugar en él y de los que recién estamos pudiendo tener algún conocimiento científico de cómo funcionan, pero todavía hay mucho que no sabemos... El cuerpo sabe todo eso...
El cuerpo también tiene una forma guardar información acerca de nuestras situaciones; acerca de las situaciones de nuestra vida. Se trata de un conocimiento corporal que no es conceptual, por lo que puede saber mucho más de lo que sabemos mentalmente, es decir, de lo que podemos poner en palabras.
De modo que la práctica de la que habla este libro (“La Respuesta está en tu Interior”), que se denomina Mindful Focusing, tiene que ver con entrar en contacto con nuestro conocimiento corporal y, la forma en que llevamos esto a cabo, es a través de lo que llamamos “felt-sense” (sensación-con-sentido). Habitualmente, un “felt-sense” es una sensación muy sutil y poco clara pero claramente vivenciada físicamente, que sentimos generalmente en la parte central de nuestro cuerpo y que es percibida desde el interior.
Si pasamos un tiempo con “eso” de un modo amigable, paciente y con curiosidad, podemos invitar al “felt-sense” a que nos comparta algo de lo que sabe. Si bien es un saber a nivel corporal, se expresa de un modo que podamos realizar verdaderos descubrimientos y alcanzar nuevas comprensiones acerca de lo que estamos focalizando. Frecuentemente, durante un proceso de Focusing, va a haber momentos “¡Ahá!”, es decir, descubrimientos nuevos, frescos...
Contrariamente al cuerpo, la mente tiende a ser lineal –porque el lenguaje es lineal-; el cuerpo no es lineal.
De modo que podemos comenzar a focalizar sobre un tema, un desafío, un problema de nuestra vida y, a medida que permitimos que se vaya formando un “felt-sense” acerca de todo el problema y pasar un tiempo acompañándolo internamente, podemos descubrir un modo fresco, nuevo de trabajar con esa situación, o tal vez podría llevarnos en otra dirección: a veces, a través de recuerdos nos dirige hacia experiencias infantiles, por ejemplo.
Pero de lo que realmente se trata es de llegar a la fuente de nuestras conductas y, especialmente, al origen de nuestros patrones habituales de comportamiento que ya no nos están sirviendo; y así llegar a nuestros puntos ciegos, porque eso es lo más difícil de reconocer porque estamos ciegos a ellos!
Sin embargo, si podemos establecer un verdadero contacto con el cuerpo, de un modo gentil, paciente, habilitador, que no imponga nada desde la mente, esos puntos ciegos pueden comenzar a abrirse...” --David I. Rome

Traducción: Fernanda Acuña

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