lundi 29 novembre 2021

¿Cuál es tu verdadero propósito? - Thomas Hübl


Es igualmente importante ver si puedo percibir mi propósito. Si puedo sentir mi propósito a través de mi cuerpo.

Y cuando empiezo a pensar sobre ello, me muestra que no puedo sentirlo.

Porque de otro modo, el pensamiento es una emergencia del sentir, es como bouquet de flores porque viene con la sensación y el sentimiento.

Me siento a mi mismo y puedo pensar como una función. Pero si mi mente y mi cuerpo, o mi mente y mi corazón están desconectados así que mi mente piensa sobre mí, esa ya es una señal de ausencia. 

Y lo opuesto es cuando veo el pensamiento sobre el propósito: debería hacer esto o debería… y entonces el propósito ya sea se conecta con la carrera, a menudo la versión capitalista del propósito es lo que es mi carrera y me gustaría decir que eso no es cómo el conocimiento místico mira al propósito.

En la versión mística del propósito, el propósito es la expresión de mi inteligencia más la integración que se necesita con el fin de manifestar ese propósito, tanto como sea posible.

Siembre son dos vías, no es solamente mi expresión en el mundo, es la expresión más la integración lo que es mi propósito.  

Es volver a escribir mi plan de acción, para que pueda cumplir mi propósito.

Es por esto que cuando me pregunto a mí mismo cuál es mi propósito, por supuesto que puedo tener una visión, y a veces viene a través de indagación, que tengo ideas innovadoras, me vuelvo más creativo y puedo escribir cosas y puedo hacer escritura creativa o conversaciones creativas sobre mi propósito. Pero es igualmente importantes si puedo percibir mi propósito, si puedo sentir mi propósito a través de mi cuerpo.

Así que mi pensamiento no es el atajo para lo que no puedo sentir. Si no puedo sentirlo, entonces es exactamente donde quiero comenzar. No sentirlo no es un error, es mi camino. Me muestra exactamente mi disociación interna de mi voluntad. 

Y si me siento disociado de mi voluntad, fue altamente inteligente hacerlo.

El desarrollo del propósito, por supuesto es también proceso cognitivo porque la cognición definitivamente es parte de mi propósito. Pero es igualmente un proceso de percepción que es lo que da sentido.

Dar sentido es el cuerpo combinado con la mente y las emociones.

Interpretación es pensar sobre algo.

Si algo tiene sentido, es verdadero en mi cuerpo, es verdadero en mis emociones, es verdadero en mi mente y es verdadero en mis relaciones. Es verdadero en todas esas dimensiones. Entonces tiene sentido, también que no hay un propósito sólo para mí, “es mi propósito”.

Mi propósito solo tiene sentido contigo, mi propósito no tiene sentido a solas. No es solamente mi propósito.

Lo digo a menudo porque es muy cierto que Bruce Springstein en su show en Broadway dijo, gracias por proveerme de propósito. Es una frase sorprendente, es como si la audiencia, todos los que vienen al concierto fueran parte de su propósito.

No hay posibilidad de un propósito solitario para cualquier persona, cualquier actor.

Todos somos parte del propósito del otro. Siempre hay un sistema interdependiente, nunca es “mi propósito”.

Entonces del desarrollo del propósito es por supuesto un proceso de visualizar, es un proceso de diálogo, es un proceso somático, y es el proceso que tiene sentido en relación con el mundo. Entonces tiene sentido, es real, en todas las cuatro direcciones de la cruz, el futuro, el pasado y el mundo horizontal como 2021.  


 



mercredi 25 août 2021

El Desempeño del Liderazgo: Campo de Danza

Si proviene de la nada, cualquier cosa que se haga es natural, y es verdadera actividad. – Shunryu Suzuki, en Mente Zen, Mente de Principiante


Performance es una palabra tan interesante. Tristemente, a menudo se asocia con sensaciones desagradables, ansiedad, ser juzgado o ser puesto en apuros en una forma negativa. En las artes escénicas, nos acostumbramos a distinguir la práctica o ensayo de la presentación. En los 1970s, escuché la expresión ahora algo trillada, “La vida no es un ensayo general”. La expresión puede ser trillada, pero nos recuerda que vivir es un performance. Estar presente y mostrarse plenamente en la vida puede ser visto como una presentación. Por supuesto, no quiero decir ser artificial o exhibirse. Me refiero a mostrarse genuinamente y plenamente como somos – y permitir que los demás nos vean y nos experimenten.

Aprendí la práctica de performance que se convirtió en el Campo de Danza a mediados de 1970 con Lee Worley, presidenta retirada del Programa de Estudios de Teatro en la Universidad de Naropa y sostenedora de las enseñanzas del Teatro Mudra. Ella describió en su libro Viniendo de la Nada: El Arte Sagrado de Actuar. Lee ofreció la práctica llamada Presentarse a Si mismo a la Audiencia como una manera de cultivar presencia y sensación de ser. Aprendí esto como una parte de mi entrenamiento en hacer una entrada en el escenario, hablar espontáneamente y salir del escenario. Adapté esta forma como una práctica de movimiento de tres partes. El énfasis estaba en la consciencia del espacio abierto (que incluía la audiencia) desde la que el movimiento surge.

La primera vez que ofrecí el  Campo de Danza a un grupo de ejecutivos en Vermont, hicimos la práctica afuera, en una bella arboleda. Era una práctica para animar la consciencia de espacio que sacó a la luz la naturalidad y la confianza incondicional del presentador. Dos pinos creaban las locaciones de entrada y salida del escenario. Estar en la naturaleza nos animó a levantar nuestra mirada y conectar con una sensación mayor de espacio. Peter Senge comenzó a llamar la práctica el Campo de Danza, y el nombre pegó. Los gestos surgieron del espacio abierto del no saber – desde el campo. A menudo las vacas de Highland en Escocia venían al borde de la pastura y nos miraban.

Dejar ir y dejar llegar

En el proceso U, el gesto o la acción entre sentir y presenciar es llamado dejar ir. Sentimos nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos, y entonces dejamos ir nuestros pensamientos y memorias y nos abrimos al momento presente. Al atender totalmente el momento presente, presenciando, sentimos la posibilidad para la acción – el futuro emergente. En el Campo de Danza, dejamos ir cualquier idea pre-planeada de lo que podríamos hacer y dejamos llegar un gesto que surge de esa apertura.

Naturalidad

En nuestra vida en el trabajo y comunitaria, muchos de nosotros somos llamados a levantarnos y presentarnos frente a un grupo de personas sentadas delante de nosotros. Podemos proyectar un sin fin de interpretaciones descargadas de nuestras experiencias pasadas sobre esta estructura social familiar. La persona en frente puede ser un profesor, un sacerdote, un conferencista, un artista, un gerente, un político, un facilitador o un líder. Como parte de la audiencia, puede ser un estudiante, un feligrés, un miembro de la audiencia, un asistente a una reunión, un trabajador. La persona de pie parece estar en una posición de autoridad. El o ella es superior a mi, literalmente, al estar de pie mientras yo estoy sentado. La experiencia me dice que la persona que está de pie podría estar ofreciendo o vendiendo información, direcciones, entretenimiento o inspiración. Y yo, sentada con los demás estoy recibiendo. En una sociedad consumista, se sigue que si la persona que está de pie está vendiendo, entonces yo soy un comprador. Y estoy autorizado para juzgar, evaluar si estoy obteniendo lo que vale mi dinero, si la presentación vale mi tiempo y mi atención. 

Esta actitud, predominante en una sociedad transaccional, no conduce a la creatividad colaborativa. El Campo de Danza nos invita a dejar ir las interpretaciones convencionales de esta configuración social en particular. Nos ofrece una oportunidad para suspender nuestras formas habituales de interactuar con la relación actor-audiencia y nos invita a un campo social co-creativo. Dirige nuestra atención al hecho de que siempre estamos co-creando una realidad social con los demás y que podríamos cambiar nuestra forma de interactuar, de tal forma que se crea un ambiente holístico en lugar de uno fragmentado. Cuando esto sucede, el gesto de quien está de pie puede surgir desde la naturalidad, desde la ausencia de restricción cohibida. La experiencia del espectador es también natural, surgiendo desde la sensación colectiva de curiosidad genuina y calidez.

La clave, como en todas nuestras prácticas, es la consciencia del todo y una sensación de apreciación. Vemos la bondad en las personas. Tanto quien está de pie como los que están sentados están libres del sentimiento de separación y de desigualdad de poder. Se hacen conscientes de que juntos pueden crear una experiencia abierta y compartida de posibilidad. Pueden dejar caer la mentalidad de nosotros y ellos y expandirse en una sensación de totalidad colectiva.

Espontaneidad

Cada gesto de quien está de pie es un movimiento verdadero desde el espacio abierto, desde la nada. El gesto es fresco, orgánico y poderoso. No es exactamente auto-expresión, aunque es único y personal. Expresa tanto la vulnerabilidad como la fuerza de esa persona. Los que están de pie se experimentan a sí mismos en esta situación altamente visible. Ellos sienten la presencia del grupo y el espacio total – la apertura de la experiencia. Ellos no necesitan cerrar su experiencia con preconcepciones superpuestas y memorias viejas. Ya sea que estemos de pie, frente a un grupo de personas sentadas o que estemos sentados con alguien de pie frente a nosotros, no saltamos a una conclusión. Podemos relajarnos, abrirnos, y reconocer que nuestros gestos surgen desde esta apertura social co-creada.

Incomodidad

Cuando practicamos la Danza de los 20 minutos o el Dueto, hacemos una pausa entre movimientos para estar con el no-saber. Los movimientos son espontáneos, basados simplemente en cómo se siente el momento presente. Cuando estamos en un grupo practicando el Campo de Danza, inevitablemente algunos se sienten cohibidos o sienten pánico escénico debido a que la práctica no es familiar y estamos en el centro. La mente habitual que descarga nos dice que estamos siendo juzgados, que tenemos que protegernos a nosotros mismos de alguna forma – protegernos de ser vistos. Cuando eso sucede, la instrucción es simplemente notar ese sentimiento y traerlo con nosotros.

Genuinamente, no sabemos lo que va a suceder o lo que vamos a hacer. Entramos al espacio y esperamos que nuestro movimiento surja. Hay un gran valor en no saber. El no saber puede manifestarse como incomodidad o incertidumbre, incluso pánico. Le damos la bienvenida a lo que sea que sintamos. Nada ha salido mal. Lo dejamos ser. Incluso desarrollamos un apetito por esta clase de incertidumbre. Podemos experimentar apertura amplia en este momento de leve pánico. Podemos sentir que la alfombra de seguridad ha sido jalada bajo nosotros. Y aún podemos sentir nuestros pies sobre el piso, un buen sentido de lo que está a nuestras espaldas y permitimos que nuestras antenas sensoras se expandan en el espacio. Ese momento de incomodidad contiene inmensa belleza y poder. La incomodidad es autenticidad. El valor de la incomodidad – no saber que haremos después- es la base de la creatividad genuina.

Jo Ha Kyu

El principio de tiempo en todas las artes escénicas tradicionales japonesas se llama Jo Ha Kyu. Jo es un “comienzo organizado”. Ha es “ruptura”, como en un espejo destrozado en muchas piezas. Kyu es una “conclusión rápida”. Esta secuencia es experimentada en el teatro Japonés, en una aceleración del ritmo casi imperceptible desde el comienzo al final. El tiempo no llega a un clímax y después a un desenlace como en la música clásica o teatro occidental. Comienza de una manera organizada y entonces continúa en una variedad de direcciones. El final simplemente es el resultado de dejar ir. El final es el resultado natural del comienzo y el centro. No puede ser controlado o cambiado. Avanza libremente.

En el teatro Noh Japonés, no hay una cortina que baje al final de la presentación. El shite, carácter principal, simplemente sale rápidamente por medio del hashigakari, el puente detrás del escenario. Se mueve fuera de la vista de los espectadores – tal vez hacia algún otro reino. Al final de una presentación Gagaki, los músicos interpretan la música mientras la audiencia deja el teatro.

La forma de Campo de Danza puede desarrollarse como una serie de frases de movimiento. Un bello momento en uno de los programas avanzados de Teatro de Presencia Social fue ver a cada persona ofrecer una danza de tres frases con un poema de tres líneas. Cada frase comenzaba sin plan, pero podíamos sentir una gracia profunda en la aceleración sutil del ritmo que sucedía rápidamente. Los finales eran simplemente una invitación a abrirse más.

Recibir

El performance es un intercambio, un proceso de dar y recibir tanto para el que ofrece un gesto y quienes son testigos. Es una conversación no verbal, tal como el Dueto. Hay una apreciación mutua y un respeto positivo por la gentileza básica de cada persona. La forma del Campo de Danza permite una pausa después del gesto de cada persona y antes de que la persona salga. Hacer un gesto es similar a hablar, si estuviéramos usando palabras. Frecuentemente, sin embargo quien está de pie hace un gesto e inmediatamente sale sin esperar a recibir, sin escuchar una respuesta. La respuesta no significa indicar si a las personas les gustó o no les gustó lo que fue ofrecido, y ese es a menudo el punto de referencia de quien se expresa. Pero la práctica no se trata de cómo obtener auto-confirmación. 

En la pausa después de que ofrecemos nuestro gesto, estamos esperando sentir que nuestro gesto fue recibido. Si esperamos con apertura y sin sensación de expectativa, experimentamos una atmósfera de respuesta sutil. Y esa respuesta es nutritiva. Recibimos contribuciones a la sostenibilidad personal y colectiva. Esto confirma la conexión humana profunda que todos tenemos con los demás. La comunicación cierra el ciclo de retroalimentación de dar y recibir. Los gestos en sí mismos desaparecen en el espacio, pero dejan detrás una cualidad de resonancia y saber. Los espectadores han tenido una experiencia. Los gestos de cada persona en el Campo de Danza enriquecen y transforman el campo social. Hemos sido testigos de esto una y otra vez. La gentileza básica del colectivo es palpable en el espacio.

Instrucciones para la práctica y la reflexión

Cree un espacio similar a un escenario y audiencia localizando sillas en un semicírculo, preferiblemente frente a una pared vacía, que servirá como telón de fondo. Las sillas en cada extremo del semicírculo que están más cerca de la pared, por lo menos a dos metros de distancia de la pared. El área frente a las sillas es el escenario. Cada persona comienza la practica sentándose en las sillas, como una audiencia, simplemente mirando al escenario vacío al frente de ellos.  

1. La persona sentada en un extremo del semi-círculo (la primera persona) se levanta y camina al lado del espacio del escenario que está más cerca de su silla.

2. Primera persona: Camina directamente al centro del espacio y gira para estar frente a la audiencia y permanece de pie.

3. Siente su presencia encuerpada (pies sobre el piso, cabeza hacia el cielo, parte de atrás del cuerpo) y siente todo el espacio, el campo social. No concentra su atención en personas individuales. Mantiene los ojos suaves con presencia en la parte posterior del cuerpo. Permanece allí hasta que tiene una sensación del campo social completo.

4. Personas sentadas: Notan su experiencia social encuerpada. Permiten que los pensamientos se vayan y permanecen presentes a la experiencia.

5. Persona de pie: Gira y camina con presencia para salir del escenario en el lado opuesto al lado por el que entró.

La forma es que las personas alternen lados. La primera persona entra por un extremo y entonces sale por el extremo opuesto. La siguiente persona entra por el lado donde la anterior persona salió y entonces procede a salir por el lado opuesto al que entró. Y continúa así, de un lado a otro.

6. Segunda persona: Se levanta de la silla en el otro extremo del semi-círculo, en el lado por el que la primera persona salió. La primera persona; vuelve a la audiencia en semicírculo y se sienta en la silla que la segunda persona ha desocupado. La Segunda Persona: Va al extremo del escenario más cercano a la primera persona y repite la secuencia: camina al centro del espacio escenario, enfrenta a la audiencia, espera la experiencia, gira y sale del escenario por el extremo opuesto desde el cuál entró. La tercera persona se levanta cuando la segunda persona deja el escenario. La segunda persona se sienta en la silla desocupada. 

7. La tercera persona repite la práctica, y esto continúa hasta que todos hayan tenido la oportunidad de ser la persona de pie caminando.

8. Cuando todos han completado su práctica de pie caminando, los miembros del grupo reflexionan sobre sus experiencias como persona de pie caminando y como audiencia sentada.

A continuación, se repiten los pasos, con cada persona ofreciendo una frase de movimiento. El proceso para entrar y salir es el mismo: caminar desde el extremo del escenario al centro, girarse de frente a la audiencia, y completar la práctica girando y caminando para salir. Sin embargo, esta vez, cuando están de pie en el centro, cada persona ofrece una frase de movimiento que surge desde atender al campo social y al espacio abierto de no saber. El gesto o actividad surge espontáneamente, sin planeación. Al final de la frase de movimiento, es importante mantener la forma final durante unos segundos: entonces volver a estar de pie, hacer una pausa por varios segundos y una vez más sentir el campo antes de salir.

La práctica puede ser desarrollada en múltiples frases de movimiento y puede incluir palabras habladas siempre que los gestos y las palabras surjan del campo de apertura y no sean pre-planeados o el resultado de un sentido estrecho de auto-expresión. Surgen espontáneamente desde la consciencia del espacio abierto de emergencia y desde el campo social. La práctica es seguida por una reflexión grupal sobre lo que cada miembro notó estando de pie

Fuente:  Teatro de Presencia Social: El Arte de Hacer un Movimiento Real - Arawana Hayashi pág. 172

vendredi 20 août 2021

Cartas de Lenguaje estético

Es difícil transmitir la calidad de la experiencia no-verbal en palabras. Con el propósito de apoyar el proceso de reflexión, Ricardo Dutra y yo creamos un conjunto de cartas que llamamos Cartas de Lenguaje Estético. Estábamos interesados en encontrar formas para aumentar la claridad de percepción. También reconocimos que las personas estaban familiarizadas con y a menudo hablaban desde un marco de referencia psicológico o emocional. Buscábamos un lenguaje fresco que atrajera la atención y expresara los patrones en capas en el campo social. Sentimos que un lenguaje estético tomado del diseño visual y las artes en movimiento podría extraer la calidad sentida de estos patrones.

Con los participantes en los programas avanzados de Teatro de Presencia Social, hicimos prototipos y recibimos múltiples rondas de retroalimentación sobre las cartas. Diseñamos las cartas entorno a una estructura de tres niveles. Las treinta y seis cartas están divididas en Estructura Visible (manifestación física), Estructura Relacional (experiencia sentida) y Estructura Profunda (calidad de la atención). Las cartas fueron entradas que trajeron pensamiento y lenguaje frescos al proceso de reflexión.

Fuente: http://www.ricardo-dutra.com/presencing-institute


Estructura Visible

Las doce cartas de Estructura Visible llaman la atención a lo que vemos. Pensamos que somos observadores, pero es notable de qué tanto no nos damos cuenta en nuestros contextos diarios. Al atender lo que es visible en la aldea, nos damos cuenta de las elecciones que nosotros y los demás hacemos simplemente sobre un nivel de hacer-físico. Una carta dice Centro & Periferia. ¿Había más actividad en el centro o en los bordes? ¿Prefiero un lugar sobre el otro? Otra carta pregunta qué Estructuras Sociales aparecieron. Otra carta dirige la reflexión sobre los Limites, otra sobre Proximidad. ¿Elegí estar más cercano a los demás o dejar distancia entre nosotros? Elevamos nuestra habilidad para simplemente ver las cambiantes estructuras visibles que son creadas y disueltas a través de la práctica de la Aldea.

Estructura Relacional

Las doce cartas de Estructura Relacional están diseñadas para profundizar nuestra habilidad para co-sentir. Nuestra sensación de la aldea, o la calidad sentida de ella, influye nuestras elecciones – cómo nos comprometemos y en qué nos involucramos. Las cartas Atracción a, Desinterés en o Aversión a nos ayudan a discernir actividades y lugares que dan la bienvenida de aquellos que, por cualquier razón, son menos cautivadores. La carta nos recuerda a todos nosotros que las tres experiencias – gustar, desagradar y no preocuparse – aparecen en la Aldea. Nuestras elecciones crean relaciones que son nuestra realidad social. Las cartas profundizan nuestra habilidad para sentir y articular el tono de la sensación de la experiencia.

Estructura Profunda

Las doce cartas de la Estructura Profunda nos invitan a investigar nuestra conciencia – la fuente desde la que operamos. Nuestra consciencia puede abrirse a no saber (representado por la carta Apertura) y a lo que quiere emerger, y puede ser limitada por Comportamiento Habitual. Las cartas Sorpresa y No Saber llaman nuestra atención a la experiencia emergente momento a momento y cómo nuestros movimientos reales crean el tejido social de curiosidad abierta, profundo cuidado y el coraje para ser quienes somos. Aunque las cartas fueron hechas para las reflexiones de la Aldea, han sumado profundidad y claridad a otras experiencias del Teatro de Presencia Social e incluso a otros procesos grupales.

Fuente:  Teatro de Presencia Social: El Arte de Hacer un Movimiento Real - Arawana Hayashi pág. 167

vendredi 13 août 2021

El poder sanador de la presencia encuerpada - Vasco Gaspar

Abrazando la totalidad de nuestras partes 

¿Qué sucede cuando dos aproximaciones sistémicas a nuestro sistema humano se juntan?

Esa fue la pregunta que tratamos de explorar en nuestro taller “TPS encuentra SFI” (Teatro de Presencia Social encuentra Sistemas de Familia Interna)

No de atención a sus pensamientos, solo vuelvo a su cuerpo, dice un enfoque (TPS). Hágase amigo de sus pensamientos, indague en ellos, todas las partes tienen buenas intenciones, dice el otro (SFI). Parecen opuestos y los dos son válidos en su propio contexto pero ¿podemos reunirlos? ¿Hay puntos de contacto? Si los hay y mostraremos cómo. Los dos señalan algo similar en el corazón de sus enseñanzas: la existencia de un centro sano, la creencia fundamental en que los seres humanos son naturalmente sabios, compasivos y buenos. En el TPS tendemos a llamarlo “Bondad básica innata”; en SFI usamos el término “Si mismo”, con mayúscula, para distinguirlo del “si mismo”. 

Antes de que avancemos, ¿Qué es TPS y SFI? Teatro de Presencia Social es una metodología, desarrollada por el Instituto Presencing, bajo el liderazgo de Arawana Hayashi,  para comprender la realidad actual y explorar las posibilidades emergentes futuras. El TPS puede ser practicado en el nivel individual, grupal, organizacional y en sistemas sociales mayores. No es “teatro” en el sentido convencional, sino que usa posturas del cuerpo y movimientos simples para disolver conceptos limitantes, para comunicar directamente, para acceder a la intuición y para hacer visible los puntos de apalancamiento para crear cambio profundo. Si quiere saber más sobre el TPS recomendamos revisar la página oficial o ver este corto video:

https://vimeo.com/315105362

El impacto del Teatro de Presencia Social

El Modelo de Sistema de Familia Interna (SFI) es un enfoque integrativo para la psicoterapia individual desarrollado por Richard C. Schwartz en los 1980s. Combina el pensamiento sistémico con la visión de que la mente está compuesta de subpersonalidades relativamente discretas (llamadas normalmente “partes”), cada una con sus propios puntos de vista y cualidades únicas. El SFI usa la teoría de sistemas familiares para comprender cómo estas colecciones de subpersonalidades están organizadas y ofrecen un proceso para identificar las bases de las complicaciones y lograr un mayor bienestar. Si quiere saber más sobre SFI le recomendamos ver este corto video 



o visitar la siguiente página: https://ifs-institute.com

Nuestro punto de inicio

Mi colega Dirk Bräuninger y yo somos profesores oficiales de TPS. También compartimos un interés por nuestro mundo interior y cómo todos somos moldeados de una u otra forma por nuestros eventos en el pasado. He estado haciendo una “inmersión profunda” en el modelo SFI, como un profesional certificado de nivel 3, y Dirk está haciendo su “inmersión profunda” desde el ángulo de Indagación Compasiva con el Dr. Gabor Maté, una metodología que tiene muchos puntos en común con SFI. 

Un día estábamos hablando sobre SFI y compartí con él algunos de los experimentos que he estado haciendo al reunir TPS y SFI y que estaba inspirado por el impacto que tuvo en los participantes. Lo que despertó su curiosidad y me invitó a realizar un taller introductorio sobre SFI con las personas de su red. Comenzamos teniendo diálogos y desde un taller simple de SFI comenzamos a co-crear un flujo para un programa que exploraría reunir estas dos corrientes de conocimiento en lugar de simplemente concentrarnos en SFI. Como dicen, el “viento estaba a nuestras espaldas” y la inspiración se hizo cargo de nuestras conversaciones y algo nuevo y fresco comenzó a emerger desde ese “espacio-nosotros”, algo más grande que los dos y que incluía y trascendía los dos modelos. La idea no era crear algo conceptual o académico sino realmente un laboratorio experiencial donde las personas pudieran sentir la integración de los dos enfoques en su propia piel. Dirk creó una página web y lanzamos la siguiente invitación al “mundo”:

En el mundo de hoy, a menudo nos encontramos a nosotros mismos atrapados en un flujo de pensamientos sin fin, algunas veces en bucle. Puede ser percibido como un diálogo interno continuo, no extrañamente asociado con fuertes emociones como el miedo, la rabia o la tristeza.

De acuerdo con el modelo SFI, nuestra mente trabaja como un sistema compuesto de distintas partes que nos cuentan diferentes narrativas que impactan la manera en la que navegamos por la vida. ¿Qué sucedería si combinamos el enfoque y prácticas sistémicas del TPS, que son utilizadas principalmente para hacer que los sistemas sean más visibles (o para verse y sentirse ellos mismos), con estos lentes de las personalidades o partes interiores? Eso es lo que vamos a explorar en este taller, medio día dedicado a hacer visibles nuestras dinámicas interiores y más que nada, descubrir trayectorias posibles que revelen la sanidad inherente dentro de nuestro sistema interno (también llamado Si mismo) así puede expandirse a los sistemas externos con los que estamos conectados, generando mayor bienestar para todos.

En este taller combinaremos el enfoque sistémico de Sistemas de Familia Interna (SFI) de la persona y su mente, con el Teatro de Presencia Social (TPS) que utiliza simples posturas y movimientos del cuerpo para la consciencia de sistemas sociales, para crear un espacio seguro que permita iniciar un cambio profundo.

Nuestro punto medio grupo A de alrededor de 17 personas vinieron juntas para el primer piloto de lugares tan diversos como San Francisco, Boston, Lisboa, Viena, Colonia and muchos otros. Sus antecedentes entorno a estos temas era también diverso, ya que algunas personas no conocían nada sobre SFI o TPS, mientras otras estaban muy familiarizadas con una de estas metodologías. Ninguno era un practicante de los dos, por lo menos en un nivel profundo. Esa diversidad creó en nosotros la siguiente indagación: ¿Cómo hacer algo profundamente experiencial pero al mismo tiempo que permita una introducción apropiada para los dos enfoques? ¿Cuál es la información mínima necesaria para compartir con el fin de crear un espacio seguro que permita a nuestras “partes protectoras” sumergirse de forma segura en el experimento? ¿Cómo traer algo, que sea fresco y que al mismo tiempo,  aporte algo  nuevo a cada persona?

El taller fue dividido en cuatro segmentos principales. La primera parte estuvo dedicada a la inclusión, creación de un espacio seguro que permitiera a las personas entrar en un campo social generativo común con prácticas como meditación, “duetos”, diálogos y otros. Entonces avanzamos en un corto segmento en el que hicimos una breve introducción de las dos aproximaciones de no más de 10 minutos cada una (una vez más, solo la “dosis” mínima). Después de un corto descanso volvimos por la parte más “jugosa”, donde íbamos a “sumergirnos” en nuestros sistemas y a explorar una polarización entre dos de nuestras partes con una variación de un ejercicio de TPS llamado Atascado. Esto permitió a las personas no solamente exteriorizar estas partes en una forma visible, sino que también explorar y ser testigo de la cordura, bondad básica innata, Si mismo que existe dentro del sistema. Para la mayoría fue un flujo bastante liberador y revelador. Finalmente, terminamos con una exploración de ese “espacio Si mismo” que reposa dentro de todos nosotros con un flujo inspirado en el trabajo Somático SFI de Susan McConnell y terminamos con un poema de David White (y muchas sonrisas). 

Nuestro punto final 

Después del taller recibimos retroalimentación positiva numerosa de los participantes, como las siguientes:

“Fue una experiencia muy interesante. También muy empoderadora de alguna forma. Se que no estaba planeada como terapia, pero sentí una profunda relajación y mayor claridad después. Me impresionó lo rápido que pasaron tres horas y media. Y para terminar pero probablemente lo más importante es que me sentí realmente segura en el espacio que crearon en línea. No solamente segura sino que fue realmente un lugar muy humano y cálido. Me sentí bienvenida, incluso si no conocía a nadie realmente, y tenía 0 experiencia con estos dos métodos”.  (Claudia V.) 

“Fui realmente capaz de atravesar algo atascado en un Reencuadre muy significativo y me di cuenta de una parte que necesitaba atención. Gracias por crear este espacio de reflexión y crecimiento.” (Steph. S.) 

Sentimos que hemos tocado superficialmente algo que tiene mucho potencial para ser más explorado. Aunque el TPS no estaba diseñado para terapia, puede ser terapéutico, como muchas personas mencionan normalmente después de los talleres, así que traer un enfoque sistémico como SFI puede tal vez permitirnos explorar algunas aplicaciones del TPS en los campos de la psicoterapia y sanación, ya que al invitar personas a volver a sus cuerpos en un contexto muy seguro y permitirles explorar sus sistemas con estas prácticas basadas en la consciencia, puede catalizar una integración más rápida y profunda de su mundo interior. Una exploración que continuaremos sosteniendo en nuestras mentes, nuestros corazones y nuestros cuerpos. 


Vasco Gaspar (vascogaspar.com) 

Dirk Bräuninger (dirkbraeuninger.de) 

Fuente: https://link.medium.com/DeHvVpsytib

vendredi 6 août 2021

Apoyando el trabajo de Cambio Basado en la consciencia -

El éxito de una intervención de pende de la condición interior del interventor.” Bill O’Brien, ex CEO de Hanover Insurance

Cualquiera puede tocar un instrumento. La nota es solamente el 20%. La actitud de quien interpreta es el 80%.” – Miles Davis, trompetista y compositor de Jazz americano

La complejidad de los desafíos que enfrentamos como sociedad requiere un nuevo nivel de consciencia personal y colectiva. Ser consciente es la clave, y entonces nos comprometemos con prácticas que cultivan nuestra “condición interior” – mente, corazón y voluntad. La pandemia global de Covid-19 nos forzó a ser vívidamente conscientes de nuestras conexiones – al compartir la incertidumbre, el dolor y la preocupación por los demás. En los Estados Unidos la pandemia, el caos político y la agitación social nos hace imposible olvidar la desigualdad y la injusticia social de nuestro país. En el momento en que vimos en los medios la escultura social de George Floyd siendo asesinado por los agentes del orden, nuestra consciencia colectiva cambió. No podemos mirar hacia otro lado y pretender que no ha sucedido. Lo que todos nosotros sabíamos pero de lo que permanecíamos distanciados se convirtió en una consciencia sentida encuerpada. Esta consciencia colectiva es la base para la comprensión y el coraje que se requiere para hacer el cambio necesario.

En los esfuerzos de cambio social basado en la consciencia, enfatizamos en la condición interior de quienes están tratando de producir un cambio, aquellos que están utilizando los métodos y las herramientas. Con el fin de utilizar las herramientas efectivamente, necesitamos nuestra presencia total y genuina. Cuando estamos conscientes de la totalidad de nuestro sistema cuerpo-mente, podemos sentir nuestro contexto con mayor precisión e intervenir más hábilmente. Nuestras percepciones son claras. Hay una coherencia interna entre nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro entorno o contexto. Nos comprometemos con la autenticidad. La autenticidad es uno de nuestros mejores activos.

En la Danza de 20 minutos experimentamos cómo cambiar nuestra atención a la sensación del cuerpo, nos lleva fuera del mundo del pensamiento, aterrizándonos en el momento presente, en nuestra propia autenticidad. La práctica crea un anhelo de sentir nuestros pies sobre la tierra y de entrar en contacto con este recurso sub-utilizado – la inteligencia corporal. Lo que experimentamos en nuestra práctica tiene influencia en nuestra vida cotidiana. Cuando notamos que estamos atrapados en un juicio u opinión, gentilmente llevamos nuestra atención al cuerpo. Volver al cuerpo y escucharlo se convierte en una parte natural e integrada de nuestra vida cotidiana. Preguntamos, ¿qué tiene que decir nuestro cuerpo sobre esto? Nuestro trabajo demanda que traigamos nuestra presencia y atención total, incluyendo nuestro saber-corporal a nuestra experiencia. Necesitamos nuestra plena humanidad.

Aquellos de nosotros que trabajamos con grupos a menudo comenzamos las reuniones con un “chequeo”. Cada persona comparte algo sobre cómo está ese día. Cuando trabajé en el teatro, comenzábamos cada ensayo o presentación con un calentamiento. Revisábamos con nosotros mismos: ¿Qué clase de cuerpo está apareciendo hoy? ¿Cómo está mi mente? ¿Cómo está mi voz? Y entonces interactuábamos en prácticas que afinaban y entonaban nuestro instrumento. Interactuábamos en el ritual de preparar el cuerpo, el discurso y la mente para que pudiéramos desplegar nuestra mejor atención a los demás en el ensamble y para la audiencia. A menudo me pregunto porqué en el teatro, que muchos dirían que no es la vida real, ponemos tanto cuidado en prepararnos para el trabajo, cuando en la vida real con frecuencia comenzamos nuestro día de trabajo sin preparación.

Hay muchas prácticas maravillosas de encuerpamiento disponibles. Los practicantes de las artes marciales como Richard Strozzi Heckler y Wendy Palmer traen el aikido al campo del liderazgo. Miles han compartido prácticas en línea en la Conferencia de Encuerpamiento, y muchas personas han integrado métodos tradicionales como recién creados en esfuerzos de cambio personal y social. Aspiramos a contribuir con esta corriente de actividad con el Teatro de Presencia Social. A lo largo de los años he tenido el privilegio de estudiar prácticas corporales con profesores sobresalientes – yoga en el Instituto Integral de Yoga, tai chi chuan con T.T. Liang y qigong con Eva Wong. Estas prácticas han dado forma a mi vida. Pero durante las últimas cuatro décadas he practicado la Danza de 20 minutos más consistentemente. No puedo recordar de dónde vino – tal vez del tiempo que trabajé con Jamie Cunningham en Nueva York. La Danza de 20 minutos se ha convertido en mi chequeo entorno a la salud, la presencia y la creatividad.

Salud

La Danza de 20 minutos me invita a sintonizar con mi cuerpo de una manera simple, sin juicios, para apoyar mi salud – tanto física como emocional. Puedo estar tan atrapada en las demandas del trabajo y de la vida, que no me doy cuenta de que está llegando una gripa. Puedo mantener a raya el hecho que necesito sueño o estoy comiendo de más o que estoy deshidratada. Puedo ignorar un cuello rígido durante meses. Muchos de nosotros necesitamos un tiempo destinado a sentir realmente cómo nos sentimos – tanto en nuestros cuerpos como en nuestras mentes. He hecho Danzas de 20 minutos en las cuales comienzo a llorar tan pronto como me recuesto. Ni siquiera me doy cuenta que estoy sosteniendo tristeza en el cuerpo, pero las lágrimas llegan y la tristeza se integra naturalmente en mi ser e hidrata mi corazón-mente.

Muchas personas han compartido conmigo cómo la simple práctica diaria de la Danza de 20 minutos ha contribuido profundamente a su sensación de bienestar incluso a su lucidez. Para la mayoría de las personas, la práctica es placentera. A pesar de la incomodidad que muchos de nosotros vive con nuestro estrés, nuestras heridas o envejecimiento, en realidad se siente bien recostarse en el piso y permitir que el cuerpo haga lo que quiera que desee sin agenda, sin meta, sin correcto o errado. Se siente bien y honesto simplemente apreciar el cuerpo que tenemos, incluso con sus dolores y sufrimientos. Se siente bien darle atención a nuestro cuerpo, escucharlo y sentir que estamos volviendo a casa. Vivimos en el cuerpo; es nuestro hogar. Está bien volver a casa de vez en cuando.

A través de los años he encontrado personas para quienes establecer una relación amigable con su cuerpo era difícil. Es bien sabido que bailarines y atletas a menudo presionan sus cuerpos en formas que van en detrimento a su bienestar. Para otros, a lo largo de la niñez o trauma colectivo, problemas de salud, imagen social o por otras razones, el cuerpo puede convertirse en un extraño, incluso un enemigo y puede tomar cierto tiempo hacerse amigo del cuerpo. Estar con el cuerpo puede ser una experiencia poco placentera o atemorizante para algunos de nosotros. Hay muchos recursos sobre sanación somática de trauma individual y colectivo, entre ellos el trabajo de Bessel van der Kolk, Peter A. Levine, y Resmaa Menakem. Podemos aprender a trabajar con emociones dolorosas entorno al racismo, la identidad de género y el conflicto mientras viajamos hacia la comprensión y la integración. Algunos de nosotros necesitamos ayuda adicional para establecer confianza en nuestros cuerpos. 

La Danza de 20 minutos ofrece el tiempo, el espacio y la posibilidad de instalarse en una relación no agresiva y amigable con el cuerpo. Nos beneficiamos de dejar ir los juicios, críticas, disgustos y decepciones relacionadas con nuestros cuerpos. Cuando practicamos regularmente nos volvemos más gentiles y amables con nuestros cuerpos. Seguimos por la vida con la coherencia básica entre nuestro cuerpo y mente. Apreciamos nuestra propia autenticidad, que trae un profundo sentido del ser y del bienestar.

He hecho miles de Danzas de 20 minutos durante estos últimos cuarenta años y he presenciado a miles de personas practicando y nunca he visto ni oído a alguien que use esos 20 minutos para tensionarse más, sentir más aflicción o mayor dolencia. Las personas se acercan a lo que es un poco más cómodo, un poco más abierto y personalmente más coherente. Con algo de tiempo y poca estructura, las personas van hacia la salud y la sincronización natural del cuerpo y la mente. Podríamos hipotetizar que ya que el sistema cuerpo-mente naturalmente quiere moverse hacia la salud e integración, tal vez esto es cierto también para sistemas sociales. Quizás el anhelo más íntimo de familias, equipos, organizaciones y comunidades es avanzar hacia una sensación de totalidad y salud. Si es así, ¿cuáles son las condiciones que facilitarían que este movimiento suceda?

Presencia

Podemos ver y sentir cuándo las personas con las que estamos hablando están arraigados en sus cuerpos. Podemos sentir si están conectados a la Tierra y presentes para sus propias emociones. Y podemos decir cuándo estamos alrededor de “cabezas parlantes” que están desconectadas del cuerpo, de la tierra y del más profundo sentido de saber. Podemos sentir ese vacío en nosotros mismos y en los demás. Instalarse en el cuerpo trae una sensación natural de simplicidad y claridad. Podemos estar más en contacto mientras nos sentamos en reuniones, parados frente a nuestros clientes, caminando hacia nuestro auto. Comenzamos a prestar más atención, apreciar los colores cambiantes de las hojas o la resonancia emocional detrás de una queja de un colega. Sin fijar el cuerpo, le permitimos avanzar hacia la salud y la integración. Contactamos nuestra coherencia innata como un ser humano, una sensación de que todo está bien. La vida puede ser caótica, pero aún podemos experimentar la lucidez subyacente de estar presente en el cuerpo en el momento.

Nuestro cuerpo siempre está comunicando a otros. Nuestra sensación de presencia comunica. La presencia, una sensación de ser, es el resultado de un cuerpo y una mente sincronizados. Y podemos sentir esta sensación de presencia encuerpada en las personas. Podemos decir, “esa persona se siente genuina”. Está arraigada, conectada con la Tierra, y presente en su propia sensación más profunda de cuerpo-saber. Se siente confiable y disponible. La parte de teatro del Teatro de Presencia Social nos recuerda que siempre estamos representando y visibles a otros ya sea que seamos o no conscientes de esto.

Creatividad

Descansar en no saber, en un espacio abierto, es el terreno de la creatividad. La Danza de 20 minutos puede llevarnos a contactar con nuestro potencial creativo. La práctica de no manipulación y espontaneidad puede comenzar con la Danza de 20 minutos. Gestos frescos y genuinos surgen naturalmente cuando practicamos dejar ir nuestros pensamientos, planes y metas. Lo que a menudo bloquea nuestra creatividad es la limitación del hábito. En la Teoría U, “descargar” es la palabra que describe una tendencia a proyectar nuestros hábitos y experiencias pasadas sobre nuestra realidad actual. El cambio basado en la consciencia demanda que suspendamos esta barrera de pensamiento orientado al pasado y abramos la posibilidad de que podamos sintonizar en el futuro emergente. Esta actitud de apertura al futuro que no conocemos aún es una definición de creatividad.

La experiencia de naturalidad del gesto puede también ser transferida a la creatividad en palabras. Mi colega Ricardo Dutra y yo hemos viajado y trabajado juntos en múltiples proyectos. El comenzó a escribir un haiku al final de cada Danza de 20 minutos diaria y así tiene un artefacto de la práctica. El movimiento, por supuesto, simplemente aparece y desaparece en el espacio. Viene y va. Sin embargo deja un eco, un perfume, una sensación que puede ser capturada en un corto poema. Un haiku es un poema tradicional japonés de tres líneas que celebra la experiencia inmediata. Su forma es altamente refinada, pero podemos disfrutar el espíritu de haiku manteniéndolo simple, al permitir que surjan tres cortas frases. Yo también comencé a escribir poemas de tres líneas en mi diario al final de la práctica. La primera línea surge de una evocación de la Danza de 20 minutos del día. Describe un momento en la práctica – algo que hice. La segunda línea describe un sentimiento. La tercera línea une a la primera línea con la segunda. Esta tercera línea a menudo es una sorpresa. Podría intentarlo. La Danza de 20 minutos provee un entorno espacioso desde el cual el poema surge por sí mismo, sin esfuerzo. A continuación algunos de Ricardo y míos:


Adelante y atrás
Dando la bienvenida a este momento
La sanación de hoy

Agotamiento profundo
¿Le importaría decir algo?
Escuchar

Tierras festivas
De atención dispersa
Reunir

Llamado de cuello y cabeza
Estoy aquí esperando
Un secreto

Vivir tristeza
Abre ligeramente una grieta
De brillo

No puedo resolver
Caer rápidamente
En un sonido de risa 

La Danza de 20 minutos celebra el cuerpo como un órgano sensorial. Con el fin de comprender profundamente nuestros contextos sociales u organizacionales, necesitamos un buen mecanismo sensorial y así poder escuchar con sensibilidad y observar con ecuanimidad. Vemos con nuestros ojos y escuchamos con nuestros oídos, pero la sensación-sentida, o resonancia, desde lo que vemos y escuchamos es sentido en nuestro sistema cuerpo-mente entero. Sentir es tanto externo como profundamente interno. Miramos afuera al mundo y recibimos visiones, sonidos, olores. Pero la experiencia de esas visiones, sonidos y aromas es profundamente personal y encuerpada. Aunque esta sensibilidad es natural – somos naturalmente resonantes con nuestra experiencia – la habilidad para sentir puede ser cultivada y fortalecida. Hoy, más que nunca, necesitamos esa capacidad.

Al estar cada vez más sintonizados con los cambios sutiles en sentir lo que se manifiesta en el cuerpo, cultivamos el órgano sensorial. Nuestra condición interna incluye confiar profundamente en nuestra habilidad para comprometernos en nuestras percepciones sensoriales. Al suspender los lentes habituales a través de los cuales filtramos nuestras percepciones, podemos ver, escuchar, oler, saborear y tocar con frescura y franqueza. Podemos experimentar el mundo directamente. Nuestra sabiduría reposa en la resonancia natural entre nuestro ser interior y los fenómenos exteriores.

Fuente:  Teatro de Presencia Social: El Arte de Hacer un Movimiento Real - Arawana Hayashi pág. 102

dimanche 7 mars 2021

¿Cómo me perdono a mí mismo y a los demás? - Thich Nhat Hahn

En esta respuesta de una sesión de preguntas y respuestas en vivo en 2014, Thich Nhat Hanh aborda cómo podemos curarnos de los errores del pasado. 

Pregunta escrita: Los errores del pasado han causado mucho sufrimiento y son muy difíciles de liberar. Estos errores han creado una carga bastante pesada. ¿Cómo puedo perdonarme por este dolor que he causado? ¿Y cómo estar seguro de que he perdonado a los demás? ¿Qué puedo hacer si ofrezco perdón y reconciliación una y otra vez a los demás, pero los demás, otras personas, no responden positivamente y mantienen la puerta cerrada?

Esta es una muy buena pregunta. En primer lugar, podemos aprender, todos pueden aprender, de sus propios errores - torpeza - y todos somos torpes a veces. Incluso el Buda, como maestro, fue torpe a veces, y aprendió de su torpeza.

La práctica de la atención plena siempre puede transformar, incluso transformar el pasado. Piensas que el pasado ya se fue y no puedes hacer nada con respecto al pasado, pero eso no es cierto. Puedes cambiar el pasado porque el pasado todavía está en el presente. El mundo del pasado todavía está ahí en el momento presente y puedes tocarlo. Supón que en el pasado le has dicho algo desagradable a tu abuela. Y ahora te arrepientes, y tu abuela ya no está ahí para que digas "lo siento". Y tienes ese complejo de culpa siguiéndote todo el tiempo. Según esta práctica, puedes hacer algo.

Inhala y exhala conscientemente y reconoce que tu abuela todavía está viva en cada célula de tu cuerpo. Eres la continuación de tu abuela. Esa es la verdad. Los genes de tu abuela están en ti. Tu abuela no ha muerto realmente. Ella continúa. Entonces, habiendo visto a tu abuela en ti, comienzas a decir: “Abuela, lo siento. No fui hábil. Te prometo que a partir de ahora no volveré a decir algo así ". Si eres sincero, consciente, decidido, entonces puedes ver a tu abuela en ti sonriendo y estarás curado. Puedes transformar el pasado. Haces un compromiso, de ahora en adelante no dirás más cosas así. Ya no harás cosas así. Y esa es una energía poderosa que puede transformar incluso el pasado y te sientes más liviano, más liviano.

Durante la guerra de Vietnam, un soldado estadounidense mató a cinco niños en Vietnam. Su unidad fue destruida por la guerrilla, por lo que estaba muy enojado y regresó a ese pueblo buscando una forma de tomar represalias. Así que trajo consigo una bolsa de bocadillos. Y puso explosivos en los bocadillos, y lo dejó a la puerta del pueblo, y se escondió. Vio salir a cinco niños para disfrutar comiendo los bocadillos. Después de eso, los niños mostraron signos de enfermedad y lloraron y las madres salieron y trataron de ayudar. Pero el soldado sabía que no se podía hacer nada porque el pueblo estaba muy lejos de la ciudad. Vio a los cinco niños morir en brazos de sus madres. El soldado sobrevivió a la guerra y regresó a América, y ya no pudo dormir. Cada vez que se encontraba con algunos niños en la misma habitación, no podía soportarlo. Tenía que salir corriendo de la habitación y no podía compartir la historia con nadie hasta que un día ofrecimos un retiro para veteranos de guerra en California, y él vino.

Después de cuatro días de práctica tuvo suficiente confianza y durante el intercambio nos contó la historia, llorando mucho. Y yo estaba en el grupo y le prometí darle una consulta. Y le dije: “Daniel, has matado a cinco niños. Esa es la verdad y sufres. Pero ahora hay otros niños que están muriendo: en África, en Asia, en muchos países. E incluso en Estados Unidos, los niños están muriendo. Hay gente pobre. Hay niños que solo necesitan una pastilla de medicamento para salvar su vida. Miles y miles de niños así están muriendo en todo el mundo. Y si haces el compromiso de ir a ellos, y luego cada día puedes salvar a cinco niños. No tienes que acostarte en un rincón del pasado y sufrir así. Si en el pasado mataste a cinco, hoy puedes salvar a cinco. Si puedes salvar cinco hoy, cinco mañana, y entonces puedes ver que los cinco que mataste comienzan a sonreír en ti, y estarás curado ".

Entonces siguió esas instrucciones. Vi que la transformación y la sanación se estaban produciendo justo durante el tiempo que escuchó el consejo, porque durante el tiempo que me escuchó, hizo ese voto: “Saldré y trataré de salvar a los niños. Soy lo suficientemente joven para hacer el trabajo ". Y esa tremenda cantidad de energía que le dio su aspiración comenzó a curarlo de inmediato. Y después de eso, practicó ayudando a los niños del mundo a sobrevivir. Y fue sanado. Se casó con un dentista en Inglaterra y llevó una vida normal. Y esta es una historia real. Entonces, el hecho es que puedes liberarte del pasado, de la prisión del pasado. Puede tomar una determinación fuerte, una fuerte aspiración de ir y ayudar, ayudar a las personas que son abusadas, ayudar a las personas que son víctimas de abuso sexual, etc. Y luego puedes curarte a ti mismo.

Ese es un poder de aspiración, el cuarto tipo de alimento que llamamos volición. Y si tienes transformación y sanación en ti, te conviertes en una persona agradable. Estás lleno de compasión, comprensión y, sin embargo, tu presencia es muy fresca, muy agradable para otras personas. Si le propones a él o a ella la práctica de la reconciliación, y si la otra persona se niega a hacerlo, podría ser porque no estás lo suficientemente fresco, no te has curado lo suficiente. Tienes que mostrarte como alguien que se ha transformado, que se ha curado a sí mismo. La sanación en ti ayudará a iniciar la sanación en la otra persona. Hay muchas maneras. Puedes escribirle una carta de amor; puedes pedirle a un amigo que hable con él o ella en tu nombre. Hay muchas formas de hacerlo.

Si ya te has reconciliado contigo mismo, te has renovado y te has convertido en una nueva persona, entonces transformarlo, reconciliarte con él se vuelve mucho más fácil. Si todavía te resulta difícil invitar a la otra persona a reconciliarse, es porque no ha iniciado el proceso de reconciliación desde dentro. Si lo has hecho y te has curado a ti mismo, entonces sería mucho más fácil ayudarlo a reconciliarse consigo mismo y contigo.