“Me gusta la terapia Junguiana por su mínima interferencia. No tenemos teoría sobre cómo “debemos” ser, ni siquiera decimos que uno debe ser “normal”. Si una persona prefiere quedarse neurótica, ¡bueno! Jung me dijo una vez: “Todos tienen el derecho de quedarse neuróticos, si prefieren eso, ¡es un país libre!”
Solo ayudamos a las personas a develar lo que sus propios sueños tratan de decirles. Lo sueños que su propia alma han producido. Sus propios sueños pueden decirles que son perezosos, pero nosotros no. Solamente tratamos de educar a la gente a escuchar a su propio interior. La idea de Jung era la individuación, de convertirse en uno mismo. Lo que la gente habla de autorrealización en estos días, quieren decir en realidad ego-realización. Jung hablaba de algo muy diferente: descubrir tu propia profundidad, predisposición innata o destino. El ego puede, en ocasiones, incluso oponerse fuertemente a ello. Es lo que uno siente, en momentos, en lo que debe convertirse.
Pero no darse cuenta de ese destino divino hace a la gente neurótica. A eso nos referimos con individuación. Recibimos hasta quejas, que alguien está menos adaptado, después del análisis. Pero para entonces es él mismo, y eso es lo que al fin y al cabo cuenta. Vivir el destino individual de uno. Entonces, la gente también se vuelve más humana, menos criminal, menos destructiva."
-Marie-Louise von Franz.
Entrevista en Bollingen, Septiembre, 1982.
