vendredi 15 septembre 2017

El escuchar según Byung-Chul Han

Escuchar para Chul Han, no es un acto pasivo. 
Se comienza por dar la bienvenida al otro, con amplia apertura a su otredad. 
Luego atiendo a lo que dirá. 
Escuchar es un acto de generosidad, es un acto de dar, es una entrega. Y es lo único que le ayuda al otro a hablar, dice Chul Han.
La escucha antecede al habla.
El oyente opera como una caja de resonancia en la que el otro se libera hablando. El silencio del oyente es hospitalario, amigable. El que oye se retira por completo, se vuelve todo oídos.

La escucha puede bastar para sanar.
El oyente no debe hablar, pues el hablar ya serían juicios y equivaldrían a un posicionamiento.
Escuchar es un inhalar que no se anexiona al otro, sino que lo alberga y lo protege.
El oyente se vacía, se vuelve nadie, dice Chul Han.

La pasividad de la paciencia es la primera máxima de la escucha.
El oyente se pone a merced del otro, sin reservas.
Mis palabras, mi juicio, incluso mi entusiasmo, siempre hace que algo muera en el otro.
Y cuando empezamos a no poder escuchar, empieza la muerte del otro.

Los mensajes de Twitter no van dirigidos a una persona concreta.
La comunicación digital me interconecta y al mismo tiempo me aísla. 
Destruye la distancia, sin generar ninguna cercanía personal.
Sin la presencia del otro, la comunicación degenera en intercambio de información.

Al escuchar, no se produce ningún intercambio.
La escucha es una acción que implica una participación activa en la existencia de otros y también en sus sufrimientos.
La escucha enlaza e intermedia entre personas para que ellos configuren una comunidad.

Hoy cada uno se queda a solas con sus sufrimientos y sus miedos. El sufrimiento se privatiza y se individualiza; no se establece ningún enlace entre mi sufrimiento y tu sufrimiento.
Internet no se manifiesta hoy como un espacio de la acción común y comunicativa. Mas bien, se desintegra en espacios expositivos del yo, en los que uno hace publicidad sobre todo de si mismo.

El tiempo del otro, es el tiempo que le damos a los otros escuchándolos.
Es un error pensar que escuchar es algo que puede hacer cualquiera. Escuchar de verdad es algo que solo muy pocas personas pueden hacer de verdad.
La escucha opera milagros. Hace que a las personas se les ocurran cosas que por si mismos no habrían imaginado jamás.
Que hace que el escuchar de esta forma haga que gente desorientada e irresuelta, sepa de repente qué es exactamente lo que quiere; que personas tímidas, de pronto se sientan libres e intrépidos; o que personas desdichadas y agobiadas, se vuelvan confiados y alegres ?

Se trata de descubrir el tiempo del otro. El tiempo del otro no se somete a la lógica del incremento del rendimiento, lo cual genera una presión por acelerar.
La política temporal neoliberal, elimina el tiempo del otro, que por si mismo es un tiempo improductivo.
Cero tiempo para el otro implica total tiempo para el yo, que viene acompañado de un tiempo dedicado a la producción, que hoy abarca todos los ámbitos vitales y conduce a una explotación total del hombre.

El tiempo del yo nos aísla e individualiza.
El tiempo del otro crea una comunidad. Por eso es un tiempo bueno, dice Chul Han.

vendredi 8 septembre 2017

Aprender a decir “no” - Pedro Campos

Cada vez estoy más convencido de la importancia de aprender a decir no.
Decir no – con sabiduría – puede ayudarnos a:
  • Administrar mejor nuestro tiempo
  • Atender nuestras prioridades
  • Cuidar nuestras finanzas personales
  • Tomar mejores decisiones
  • Mantener una vida simple
El problema es que decir no, no es fácil.
Vivimos en una sociedad donde decir no es considerado poco amable. Esto hace que muchas veces le digamos sí a cosas que no concuerdan con lo que realmente queremos.
Por otro lado, también es difícil decirnos no a nosotros mismos. Es común caer en nuestras propias redes auto-engaño, y decirle sí a cosas de las que después nos arrepentimos.
Si tú (al igual que yo) tienes problemas para decir no, tal vez te ayude ver las cosas de la siguiente manera:
Cuando le dices no a algo, le estás diciendo sí a otra cosa (y viceversa)
Hoy en día no soy experto en decir no, pero creo que he mejorado mucho, gracias a esta forma de pensar.

3 ejemplos de mi vida personal

Decidí redactarlos desde las dos perspectivas porque creo que tienen un impacto diferente. Ya lo verás.
  1. Cuando le digo no a participar en un proyecto que no me interesa, le estoy diciendo sí a los proyectos que me apasionan
  2. Cuando le digo no a comprar algo innecesario, le estoy diciendo sí a mi objetivo de ahorrar
  3. Cuando le digo no a pasar tiempo con personas que no suman valor a mi vida, le estoy diciendo sí a pasar tiempo con las personas que amo
(ahora al revés)

  1. Cuando le digo sí a participar en un proyecto que no me interesa, le estoy diciendo no a los proyectos que me apasionan
  2. Cuando le digo sí a comprar algo que no necesito, le estoy diciendo no a mi objetivo de ahorrar
  3. Cuando le digo sí a pasar tiempo con personas que no suman valor a mi vida, le estoy diciendo no a pasar tiempo con las personas que más amo
Recuerda:
Si le vas a decir sí a algo, presta atención a qué le estas diciendo no. (¿qué es más importante para ti?)
Si le vas a decir no a algo, considera a qué le estás diciendo que sí. (recordarlo te ayudará a no sentirte mal por decir no)

No se trata de ser una persona engreída y egoísta que va por el mundo diciéndole no a todo lo que se le presenta. Se trata de tener claras nuestras prioridades y saber decir no con amabilidad para poder enfocarnos en las cosas que realmente importan.
Decir sí puede darnos nuevas oportunidades; pero en exceso, hasta las oportunidades son malas.

Fuente: https://lavidaminimal.com/2017/08/31/aprender-a-decir-no/