Cuando aprendemos cómo sentir nuestras emociones, nos comenzamos a sentir mucho más arraigados y presentes en la vida. Nos volvemos más seguros –porque sabemos que podemos manejar cualquier situación con gracia.
Si no aprendemos cómo sentir las emociones de maneras saludables cuando crecemos, o si hemos experimentado trauma que nos dejó sintiendo como si cualquier emoción es “simplemente demasiado para manejar”, desarrollaremos mecanismos de afrontamiento/supervivencia.
Los mecanismos de afrontamiento incluyen anestesiar las emociones a través de una variedad de adicciones, disociarnos de las emociones o exportar nuestras emociones – culpando a otros por ellas.
Aprender a sentir nuestras emociones es una práctica, y como tal, debemos practicar regularmente como cualquier habilidad nueva. Habrán desafíos y caídas a lo largo del camino, eso es un hecho.
Cómo sentir tus emociones
Primero, nota que algo se siente un poco malogrado- notas esto al hacerte consciente de cómo te estás distrayendo o sobrellevando o por una sensación que está sucediendo en tu cuerpo.
Segundo, usa una técnica de arraigo primero para volver a la seguridad somáticamente, en tu cuerpo.
Tercero, nota la emoción en tu cuerpo y respira profundamente en ella. Permite que se haga más intensa, entonces te atraviesa como una ola.
Nota que a veces, las emociones del presente pueden mezclarse con vieja rabia y pena de la infancia. Aprende a distinguir esto a través de la intensidad de la emoción para liberarla.
Entre más practiques, más notarás que a medida que sentimos una emoción, podemos desregularnos, así que nos arraigamos nuevamente, y volvemos a la sensación/sentimiento. Es un ciclo, al final del cual la emoción pasa y hay un enorme alivio.