vendredi 28 décembre 2018

Celebrando todo en mí - Bebe Hansen

Ultimamente, la idea de incluir ha venido a mi percepción en muchas arenas. Tanto es así que ahora es una especie de tema. Me he dado cuenta de una cuestión candente: ¿Qué partes de mi no estoy incluyendo en mi sensación de mi mismo?
Describiendo este proceso con lenguaje amable, comienzo a notar lo fácil que es descartar o apartar aspectos de mi identidad que no favorezco particularmente o no me gusta percibir. Usando un lenguaje más honesto, hay partes de mi que odio, que temo, o de las que me avergüenzo y partes que realmente rechazo. Podemos llamarlas aspectos sombra o partes no adueñadas (ver a Brené Brown para profundizar).
¿Qué se esconde en su sótano?
Cuanto más hago este trabajo entorno a la auto-consciencia y presencia, me doy cuenta de estas estrategias desgastadas y familiares ( y aparentemente exitosas) que he adoptado para rechazar o enterrar esas partes no solamente no sirven, realmente no funcionan.
Estoy dividiendo mi ser sin intención y poniendo cosas que no quiero ver en mi propio sótano. Esas partes de mí parecen fuera de vista, pero realmente están en el exilio, acumulando moho y comenzando a oler un poco... porque no ven la luz del día en mi consciencia. Y algunas veces ellas se filtran revenlándose a ellas mismas en las formas en que algunas veces me presento. Mediante la Constelación sistémica y el trabajo de Judy Wilkins-Smith, aprendí el principio más básico de un sistema es que todo tiene un derecho de pertenencia al sistema (familia, organización, comunidad, nación), y si ese derecho es negado, si cualquier parte es excluída, los patrones y resultados disfuncionales de esas exclusiones se hacen más grandes y más ruidosas, hasta que el sistema es capaz en cierto punto de equilibrarse a sí mismo, para entrar en armonía incluyendo, en cierta forma, eso que, o aquellos quienes, han sido excluídos. 
Podría ir en una dirección de mayor perspectiva en este punto crítico y hablar sobre el entorno, o la política o las disparidades económicas, pero me apegaré a la escala micro de nosotros como humanos. Ofrezco mi experiencia como una reflexión del principio mayor de incluir todas las partes de un sistema y como una forma de provocar su propio pensamiento sobre este tema para sus clientes para usted mismo. 

El Costo de perder piezas para usted y para sus coachees

Cuál es el costo de este hábito de diseccionarme en partes, algunas de las cuales son "aceptables" y algunas de las cuales permanecen encerradas y escondidas (algunas veces incluso de mí misma)? Veo que hay un alto precio a pagar en vida, flujo de energía, creatividad y expresión. Es como si la manguera de la fuerza vital se quedara retorcida dentro de mí, y no solamente las partes enterradas permanecen bloqueadas, sino la energía vital también se queda bloqueada. Y me encuentro a mí misma representando patrones como sobre funcionando entorno al trabajo, reduciendo juego y diversión, y generalmente de mal humor con mis seres queridos.
Otra manera en la que el costo de este hábito puede presentarse es en coaching: cuando mi coachee trae algo a la conversación que se siente incómodo... es ella? ¿soy yo? Algo con lo que el coachee está luchando puede recordarme (incluso inconscientemente) de una parte no adueñada de mi ser. Noto que puedo sentirme a la defensiva de repente o encerrarme o comenzar a señalar al coachee como el problema. Cuando realmente eso puede ser mi propia experiencia no digerida que está sacando a la superficie lo que yo simultáneamente estoy rechazando. 
Y aquí hay otra categoría completa de esas "partes que no serán nombradas"(a la Harry Potter), que también he descubierto: los aspectos de mí que son generosos, constantes, valientes, presentes, capaces de manejar mucha ambigüedad y pena, y continuar avanzando por un mayor bien. Noto que saco esas partes de mi consciencia tan fácilmente, hasta que un amigo o colega o cliente me recuerda que estoy ofreciendo esos dones a ellos en ese momento. Y recuerdo, oh sí, esos también soy yo. 

Dos prácticas para ayudar a reconectar diferentes partes de nosotros mismos.

He estado en algunas prácticas recientes que han sido útiles para recordar y reconectar estas partes dispares de mí misma. Para incluir todo de mí (o tanto como puedo ser consciente en el momento). Aquí hay dos que puede ensayar:
Hacer una pausa y tomar un momento de presencia.
Cuando siento algo surgiendo en mí que no es familiar (o muy familiar pero no deseado), mi práctica es hacer una pausa y tomar un momento de presencia, para sentir en quién o en qué está tratando de ser conocido en cierta forma dentro de mí. He estado interesada en ver mi capacidad creciente de ser testigo de estas distintas partes. Algunas veces es todo lo que es necesario para tener un aumento de energía (liberado de tener que mantener esa parte escondida).
Hacer espacio para todas las voces
Otra práctica ocurre cuando estoy bajo presión, notar en el momento la urgencia de distanciarme de un cierto aspecto de mí misma. Soy consciente de tener un jucio respecto a "ella" como un potencial desviador de la tarea "tan importante" a mano. En lugar de crear distancia, he estado invitando y permitiendo el espacio para esa perte de mí para que en realidad emerja más completamente. Reconocerla con gentileza, compasión y amor. Esto ha sido benéfico para al menos considerar esta visión adicional sobre la situación a la mano. Estoy sorprendida de la sabiduría disponible al dar tiempo al aire a diferentes perspectivas en mi consciencia. Puedo entonces escoger lo que sigue con más consciencia.

Le invito a Cambiar su perspectiva

Este es un cambio de perspectiva: practiquemos dar la bienvenida a estos aspectos escondidos de nosotros, que ahora podemos percibir y estar en contacto. Incluso las partes más persistentes o que generan temor, y especialmente las bellas y talentosas. Podemos mirar su emergencia como una información - como datos - y preguntarnos que podemos ahora hacer con la energía y la vida que se libera - energía que ellos han estado cargando todo el tiempo.
Le invito a tomar tiempo para reflexionar sobre qué partes de sí mismo pueden estar fuera de su consciencia que están anhelando encontrar un hogar en usted. ¿Qué dones están esperando a ser reclamados para tomar el lugar que les corresponde en la mesa? Por el bien de celebrar todo de usted, todo de nosotros, en nuestra totalidad.

Cinco preguntas para comenzar:

  1. ¿Cuál es su relación con aquellas partes de usted que parecen desagradables o que no son bienvenidas en su identidad?
  2. ¿Cómo le gustaría que fuera esta relación?
  3. ¿Qué partes de usted (sombra o don) puede necesitar un hoagar en su interior ahora?
  4. ¿Qué imagina que serían algunos resultados posibles (tanto lo que genere miedo como lo que le anime) de incluir más de usted en su trabajo, su vida?
  5. ¿Cómo puede incluir más de usted para servir a sus coachees?
Las cosas que resistimos en otros tienden a ser las cosas que no hemos resuelto en nosotros mismos. Rasgos específicos que no nos gustan en otros con frecuencia son aquellos que no nos gustan en nosotros mismos. Le estoy invitando a descubrir sus propias partes de sí mismo que puede preferir pretender que no están allí. No es fácil. Sin emabrgo abrirá nuevas puertas a la compasión por sí mismo y por sus clientes. Doug Silsbee

vendredi 21 décembre 2018

Autocompasión para las fiestas - Kristin Neff y Chris Germer

La vida no es fácil y para muchas personas, esto es especialmente cierto durante las fiestas. Podría estar solo en su apartamento y sosteniendo su aliento hasta que enero llega finalmente. O podría estar con la familia, esperando en vano ser visto realmente, respetado y apreciado por quién es. Y cuando llega el Nuevo Año, hay un nuevo conjunto de expectativas - y resoluciones - con solamente nosotros mismos para culpar cuando fallamos en lograr nuestros objetivos. Si, las fiestas no son siempre bellas. Afortunadamente, hay un antídoto para esta clase de estrés durante las fiestas que puede en realidad hacernos más resilientes emocionalmente, darnos sentimientos más positivos y dejarnos con una sensación en general mejor respecto a nosotros mismos y a los demás. Eso es auto-compasión.
¿Cómo responde cuando alguien que usted ama - tal vez un niño o una mascota - está en apuros o sufriendo? Probablemente su corazón se abre, siente lo que otro ser está atravesando y tiene un fuerte deseo de ayudar de alguna manera. La autocompasión es justo eso con un pequeño cambio en la dirección de la atención.
Cuando sentimos una sensación de incomodidad en nuestras propias vidas - ansiedad frente a un evento venidero, enojo hacia un miembro de la familia desconsiderado, pena por un ser amado que falleció - podemos aún darnos compasión precisamente en nuestro momento de necesidad.
Este ejercicio del programa MSC - "suavizar, calmar, permitir"- es una forma de tratarse a sí mismo bien en los niveles físico, mental y emocional. Después de que ha practicado durante unas semanas, será capaz de hacer todo el proceso en pocos segundos. Mire si puede crear un espacio amplio, tierno y más amoroso para sentir exactamente lo que está sintiendo y darse espacio para ser quién es, con verrugas y todo. La autocompasión es un ejercicio de ser totalmente humano, y tomar un momento para vernos a nosotros mismos, para validarnos, y para consolarnos y calmarnos cuando más lo necesitamos.
Es muy simple hacerlo. Solo tome una respiración profunda y tome distancia de la cascada usual de pensamientos y sentimientos perturbadores y ensaye lo siguiente:
Cierre sus ojos y ponga su mano sobre su corazón. Sienta la calidez de su mano y respire suavemente durante un minuto.
Permita que su atención vaya hacia su cuerpo y note dónde está sintiendo la tensión. ¿Su estómago? ¿Su pecho? ¿Su garganta? ¿Sus hombros? ¿Su quijada? ¿Su frente?
Ahora suavice el área de su cuerpo donde siente la mayor tensión. Escoja solamente un área y permita que se suavice como si estuviera aplicando una compresa caliente al área. El calor suaviza nuestros músculos sin ningún esfuerzo adicional.
Ahora, cálmese a sí mismo ofreciéndose un poco de gentileza simplemente porque está atravesando un momento dificil. Dígase a sí mismo algo como: "Que me sienta segura. Que mi corazón esté en paz. Que sepa mi propio valor". Use el lenguaje que de sentido y se sienta correcto en el momento.
Ahora abra sus ojos lentamente.

Todo se reduce a la intención de ser buenos con nosotros mismos cuando las cosas van mal - cuando fallamos, nos sentimos inadecuados o sufrimos. Pero esta intención no es estresante - no es trabajo extra. La autocompasión se trata de restar, no de sumar. Estamos restando estrés que usualmente ponemos en nosotros mismos, capa sobre capa, mientras resistimos o evitamos el dolor e incomodidad emocional. Cuando estamos siendo autocompasivos, dejamos de tensionar nuestros músculos, pelear con nuestros pensamientos, evitar malos sentimientos, aislarnos, y rumiar. Como la poeta Mary Oliver escribió, "Sólo tienes que permitir que el suave animal de tu cuerpo ame aquello que ama". El camino de la autocompasión es fácil al comienzo, en el medio y al final. Si no es así, entonces está cultivando el fino arte del estrés, no de la autocompasión.
¿Puede darse un baño caliente después de una reunión estresante durante las fiestas? ¿Puede saborear su comida lentamente en lugar de comer mucho? ¿Puede sentir y soltar el dolor ocasional en su corazón en la mesa del comedor y enfocarse en lo que es más importante para usted? Y si fracasa, ¿puede reconocer que es solamente un humano y darse un descanso?
Si se siente solo durante las fiestas, mire si puede detenerse y darle un nombre a la experiencia ("Estoy terriblemente solo") y darse a sí mismo la amabilidad que puede estar esperando recibir si estuviera con alguien que se preocupa por usted. Piense lo que su mejor amigo le diría si ella o él supiera que está solo. O piense lo que usted le diría a un ser amado bajo las mismas circunstancias. Permita que las fiestas sean una oportunidad para practicar autocompasión. Puede prepararse una deliciosa comida, hacer ejercicio, escribir un correo a un viejo amigo, o planear un viaje que siempre ha querido hacer? ¿O simplemente puede acurrucarse con su perro o gato y leer un buen libro?
Cuando comience a practicar autocompasión, solo sea cuidadoso de no lanzarse autocompasión para hacer que se vaya el dolor emocional. Eso no funcionará y lo dejará sintiéndose más desanimado.
La autocompasión es una respuesta natural y amorosa al dolor. No se sentirá mejor si la usa para resistir a la experiencia momento a momento, pero definitivamente se sentirá mejor como un subproducto de autocompasión. Todo lo que tenemos que hacer es tocar nuestro dolor interno con una atención tierna y entonces llevar cuidado y gentileza a nosotros mismos.
Muchas personas sienten que es egoísta atenderse a sí mismos en tiempos de necesidad. Si así lo siente, por favor pregúntese a sí mismo quién le dijo esto. Si hay ocho personas alrededor de un comedor y una flecha emocional lo golpea en el corazón, ¿porqué no correr a ayudar a la persona que siente dolor y a quién puede ayudar más? En ese caso, podría excusarse a sí mismo por un momento, tomar una respiración profunda, poner su mano sobre su corazón, y tiernamente decirse a sí mismo, "Si, lo sé, esto duele". Esto podría hacer un mundo de diferencia para usted y las demás personas en su vida.
En términos generales, abrirse al dolor en nuestros propios corazones nos permite movernos más allá de nosotros mismos y ser más compasivos con otros también.
La autocompasión se trata de auto-gentileza, sin luchar por auto-mejora. La mentalidad de las resoluciones de Año Nuevo es típicamente la opuesta a la autocompasión. Asumir que es defectuoso, deficiente, o no merecedor de amor a menos que pierda 20 libras es una forma sutil de violencia hacia uno mismo. Tara Brach dice que la autocompasión es "el terreno de toda sanación emocional". Desde esa base, estará en una mejor posición para cambiar su vida. Por ejemplo, cuando dejamos de lado nuestras dietas o nos volvemos impacientes con los niños, podemos admitir nuestras fallas, aprender de ellas y recomprometernos con lo que es realmente importante en nuestras vidas, a menudo de una manera incluso más hábil y efectiva.
Si debe hacer una resolución de año nuevo este año, por qué no comenzar por el comienzo - comprometiéndose con ser más auto-compasivo, especialmente cuando no lo es.
La vida es dificil, pero afortunadamente, tenemos las habilidades para manejar la mayor parte de los desafíos emocionales. Tenemos la capacidad de la consciencia plena (atención cariñosa momento a momento, "ojos abiertos") y autocompasión (una respuesta gentil y comprensiva o "corazón abierto"). Sin embargo, estas habilidades necesitan ser fortalecidas mientras atravesamos nuestras vidas con el fin de manejar los desafíos emocionales que vienen a nuestro camino, especialmente aquellos que se acercan sigilosamente a nosotros durante las fiestas. Un momento de autocompasión con consciencia plena puede ser todo lo que es necesario para cambiar su experiencia de las fiestas y una cadena de estos momentos podría posiblemente cambiar su vida entera.

vendredi 14 décembre 2018

Danzar con consciencia - Bettina Rothe

Vivimos en una cultura multi-tarea, de atención dividida y distracciones. Cultivar una práctica de consciencia es un acto radical para entrenar la mente y dirigir nuestra atención conscientemente. Mi camino de entrenamiento ha sido mediante una práctica de meditación en movimiento basada en el cuerpo, los 5 Ritmos, fundada por la bailarina y shamana urbana americana Gabrielle Roth.
En la práctica de movimiento 5 Ritmos, usamos concentraciones basada en el cuerpo, llamadas "anclas somáticas", para enfocar la mente y traer la atención en ciertas partes de nuestro cuerpo. Ser consciente del cuerpo como un todo puede ser abrumador, así que escogemos una ancla somática, por ejemplo, nuestros pies. Cuando abrimos nuestra consciencia a la sensación de nuestro pie en movimiento, nos hacemos más presentes en el movimiento y en cada paso que damos. La consciencia nos permite escoger conscientemente cómo queremos movernos en el mundo.
Cualquier cosa a la que dirijamos nuestra intención, le damos atención - y a lo que le demos atención, se convierte en la dirección en la cual desarrollamos consciencia. Los estudios muestran que a mediante la práctica de la consciencia enfocada, podemos cambiar y hacer crecer nuestro cableado neurológico.
El enfoque de una meditación somática como 5 Ritmos mira al cuerpo desde adentro, un proceso llamado "interocepción" en Neuropsicología. Damos atención a las sensaciones, sentimientos, intuiciones viscerales, una sensación sentida del cuerpo y del flujo de nuestra energía.
Es importante diferenciar entre la auto-consciencia conceptual que es el pensamiento / reflexión basada en el lenguaje y los símbolos y la auto-consciencia en el cuerpo, en la que experimentamos nuestro propio ser mediante la sensación y el sentimiento en el momento presente.
La meditación de 5 Ritmos es una práctica de consciencia en movimiento en la cual no damos atención a nosotros mismos, sino que activamente interactuamos con otros y con el ambiante en el que estamos mientras compartimos nuestras danzas con los demás.
De acuerdo con Daniel Siegel, un profesor clínico de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la UCLA y fundador co-director del Centro de Investigación de la Consciencia Plena, desarrollar una práctica para enfocar la atención, la consciencia abierta y cultivar la intención gentil puede literalmente ayudarnos a cultivar un cerebro más saludable y reducir el miedo, la ansiedad y el estrés en nuestras vidas.

La Práctica

Esta es una práctica simple basada en el cuerpo que quiero compartir con usted. Puede ser realizada en cualquiero lugar - en casa o en el trabajo, incluso en la parada de bus. Solo unos minutos de cambio de atención puede hacer una diferencia en qué tan presente y conectado se siente.
Esta meditación caminando es una interacción somática de mente, pies y tierra. Nuestra sensación usual es que la mente está en la cabeza. En la práctica de los 5 Ritmos exploramos la idea de que la mente está en los pies.
Si puede hacerlo, por favor retire sus zapatos y medias y sienta la tierra bajo sus pies mientras permanece de pie. Extienda sus pies y sus dedos ampliamente y húndase en sus raíces. Permita a su mente aquietarse y abra su consciencia a las sensaciones en sus pies y en la experiencia de gravedad. Cuando se sienta listo, lentamente levante un pie y de un paso adelante. Lentamente apoye el pie, toma una respiración profunda. Céntrese antes de levantar el otro pie. Note si su mente salta al futuro o se aferra al pasado. Vuelva al momento presente mientras lentamente se mueve, paso a paso, respiración tras respiración. Sus pies pueden caminar hacia adelante, hacia los lados, en círculos e incluso hacia atrás. Déjelos guiar. Sea curioso sobre su ritmo, tempo y estilo de caminar. Será diferente cada vez.
La meditación caminando es una de las prácticas básicas en los 5 Ritmos, una base sobre la cual se construye la danza. Los pies pueden ser un portal hacia el momento presente conectándonos con nuestro instinto, intuición y elección consciente de qué paso deseamos tomar a continuación.


Bettina Rothe es profesora licensiada en 5Rhythms® coach de liderazgo somático que enseña en América del Norte y Europa. Crea un entorno seguro y lúdico para la exploración de la creatividad y el crecimiento personal.


Bettina Rothe, líder de 5Rhythms® Movement y Embodiment programs en The Haven.
http://www.bettinarothe.com

vendredi 7 décembre 2018

El don de la presencia, los peligros de aconsejar - Parker J. Palmer

Cuando mi madre fue a una casa de cuidado no mucho antes de su muerte, nos dijeron a mi esposa y a mí que por un modesto incremento en el costo mensual, el personal le ofrecería unos pocos servicios extras para mejorar su calidad de vida. Pagamos gustosamente, agradecidos por que podíamos costearlo.
Ahora a mediados de nuestros setentas, mi esposa y yo no tenemos la necesidad inminente de vivir con asistencia o cuidado de enfermería. Pero la casa en la que vivimos es, por definición, una instalación residencial para persona mayores. Aquí lo que con cariño llamamos La Casa, no es poco común para uno de nosotros tratar de "mejorar" la calidad de vida de otros ofreciendo "servicios extras". Desafortunadamente, aquellos servicios con frecuencia toman la forma de consejo.
Hace unos años, mi esposa me dió un consejo que pareció como -¿cómo puedo decirlo? - superfluo. Recordando nuestra experiencia con mi madre, dije "¿Podría pagar un poco menos este mes?". Hasta el día de hoy, esa línea nos da la oportunidad de rein en lugar de estar a la defensiva cuando uno de nosotros intenta de vez en cuando, dar al otro "ayuda" no solicitada o no deseada.
Dar consejo viene naturalmente en nuestra especie y en su mayoría se hace con buena intención. Pero, en mi experiencia, el conductor detrás de muchos consejos tiene mucho que ver con interés propio como con las necesidades del otro - y cierto consejo puede terminar haciendo mayor daño que bien.
La semana pasada tuve una llamada de un hombre que recientemente había sido diagnosticado con cancer terminal. Había enviado un correo con sus malas noticias a algunos familiares y amigos, uno de ellos fue a verlo enseguida. "¿Cómo te estás sintiendo?" le preguntó. "Bien, como dije en el correo, me estoy sintiendo asombrosamente en paz con todo esto. No estoy preocupado por lo que viene."
El amigo replicó, "Mira, necesitas tener una segunda opinión. Al mismo tiempo, debes comenzar a explorar la medicina complementaria. Debes también inscribirte en un programa de meditación y sé de un buen libro que para empezar ese camino".
Le pregunté a quien llamaba cómo esa respuesta lo había hecho sentir. "Estoy seguro que mi amigo tenía buenas intenciones", dijo, "pero su consejo me dejó menos en paz."
Le dije que me había sentido igual y le ofrecí esta imagen; Imagine que necesito apoyo con un problema serio, cuando llega alguien con una certificación avanzada CPR. Está tan ansioso de mostrar sus habilidades que no es capaz de escuchar mi necesidad real. En cambio, comienza a administrar compresiones en el pecho y "respiracion de rescate", aunque soy perfectamente capaz de respirar por mí mismo. Ahora tengo otro gran problema mientras trato de luchar contra el "ayudante" que está asfixiándome.
Le pregunté a mi interlocutor cómo se habría sentido si su amigo hubiera dicho simplemente, "¡Buenísimo que estés en paz! Cuéntame más." "Eso hubiera sido maravilloso", me respondió. "Pero todas las personas con las que hablé tenían un consejo para mí, incluyendo un pariente que dijo que necesitaba unirme a su iglesa antes de que fuera demasiado tarde."
Le pregunté cómo se había sentido recientemente - Me dijo que se había sentido asustado. "¿Quieres hablar sobre tu miedo?", le pregunté. El habló mientras yo escuchaba y le planteaba algunas preguntas. Cuando terminamos, me dijo que cierta paz había retornado. Era una paz que había venido desde su interior, no desde nada de lo que dije. Simplemente le ayudé a aclarar algunos escombros que habían bloqueado el acceso a su propia alma.
Mis dudas sobre el consejo comenzaron con mi primera experiencia de depresión clínica hace 35 años. Las personas que trataron de apoyarme tenían buenas intenciones. Pero en su mayor parte, lo que hicieron me dejó más deprimido.
Algunos fueron por la cura de la naturaleza: "¿Por qué no sales y disfrutas el sol y el aire fresco? Todo está floreciento y es un lindo día!" Cuando estás deprimido, sabes intelectualmente que es bello afuera. Pero no puedes sentir un poco de esa belleza porque tus emociones están muertas - y ser recordado de esa brecha es deprimente.
Otros ayudadores potenciales trataron de arreglar mi auto-imagen: "¿Por qué tan desanimado? Has ayudado a tantas personas". Pero cuando estás deprimido, la única voz que puedes escuchar es la que te dice que eres un fraude sin valor. Esos cumplidos profundizaron mi depresión haciéndome sentir que había defraudado aún a otra persona: "Si el supiera qué fraude soy, nunca más hablaría conmigo."
Aquí está el trato. El alma humana no quiere ser aconsejada o arreglada o salvada. Simplemente quiere ser observada - ser vista, escuchada y acompañada exactamente como es. Cuando hacemos esa clase de reverencia profunda al alma de una persona en sufrimiento, nuestro respeto refuerza los recursos sanadores del alma que pueden ayudar al sufriente a superarla.
Si. ahí está el problema. Muchos de nosotros los tipo "ayudadores" estamos más preocupados con ser vistos como buenos ayudadores que somos sirviendo las necesidades profundas del alma de la persona que necesita yuda. Presenciar y acompañar toma tiempo y paciencia, algo que a menudo nos falta - especialmente cuando estamos en presencia de un sufrimiento tan doloroso que apenas podemos estar allí, como si estuviéramos en peligro de contraer una enfermedad contagiosa. Queremos aplicar nuestro "arreglo", y cortar y correr, imaginando que hemos hecho lo mejor que podíamos para "salvar" a la otra persona.
Durante mi depresión, había un amigo que realmente ayudaba. Con mi permiso, Bill venía a mi casa todos los días al rededor de las 4:00 PM, me sentaba en una silla cómoda y masajeaba mis pies. Raramente decía una palabra. Pero de alguna forma, el encontraba el lugar en mi cuerpo donde podía sentir una sensación de conexión con otra persona, aliviando mi sensación horrible de aislamiento mientras se comportaba como testigo silencioso de mi condición.
Al ofrecerme esta compañía silenciosa durante un par de meses, cada día, Bill ayudó a salvar mi vida. Sin temor a acompañarme en mi sufrimiento, me ayudó a sentir menos temor de mí mismo. Estuvo presente - simplemente y totalmente presente - de la misma forma que uno necesita estar al lado de la cama de un moribundo.
Es en ese lugar donde finalmente aprendemos que no tenemos "arreglo" o "salvación" qué ofrecer a quienes sufren profundamente. Y sin embargo tenemos algo mejor: nuestro don del ser en la forma de presencia personal y atención, de la clase que invita a la otra alma a mostrarse. Como escribió Mary Oliver:
"Esta es la primera cosa, la más salvaje y la más sabia que conozco: que el alma existe y está construida enteramente por atención".
Le dejo con dos consejos - una auto-contradicción flagrante para la que mi única defensa es la afirmación de emerson " la consistencia es el problema de las pequeñas mentes."

  1. No de consejos a menos que alguien insista. En cambio, permanezca totalmente presente, escuche profundamente y formule la clase de preguntas que le dan al otro la oportunidad de expresar más de su propia verdad, cualquiera que sea.
  2. Si se encuentra a sí mismo recibiendo consejo no deseado de alguien cercano, sonría y pregúntele educadamente si puede pagar un poco menos este mes.


PARKER J. PALMER es un columnista de On Being. Educador, activista y fundador del Center for Courage & Renewal. Sus libros incluyen: A Hidden Wholeness: The Journey Toward an Undivided Life, y Let Your Life Speak: Listening for the Voice of Vocation. Su último libro es On the Brink of Everything: Grace, Gravity, and Getting Old.

Fuente: https://onbeing.org/blog/the-gift-of-presence-the-perils-of-advice/