vendredi 30 août 2019

La Tienda de la Verdad

Un buscador no podía dar crédito a sus ojos cuando vio el nombre de una tienda: “La Tienda de la Verdad”… Así que que allí se vende Verdad, pensó.

Entró excitado en la tienda y una correctísima dependienta le preguntó:

- ¿Qué clase de Verdad desea usted comprar, Verdad Parcial o Verdad Plena?

- Verdad Plena, por supuesto, le respondió el buscador. No deseo fraudes, ni apologías, ni racionalizaciones. Sólo Verdad Plena. Lo que deseo es mi Verdad desnuda, clara y absoluta. ¿Qué ignorante desearía Verdad Parcial?, le cuestionó a la dependienta.

La dependienta le condujo amablemente a otra sección del establecimiento en la que se vendía la Verdad Plena. El vendedor que trabajaba en aquella sección miró al buscador compasivamente y le señaló la etiqueta en la que figuraba el precio.

- El precio es un poco elevado, señor, le dijo el dependiente.

- ¿Cuál es el precio? Le preguntó el buscador, decidido a adquirir la Verdad Plena al precio que fuera.

- Si usted adquiere la Verdad Plena, le dijo el dependiente, el precio consiste en no entretenerse con nimiedades ni olvidarse de usted mismo nunca más, además de asumir su propia responsabilidad durante el resto de su vida.

- Oh, vaya precio. Deme un momento que voy a calcular, le respondió el buscador.

El buscador salió de la tienda en plena confusión.

Había dado por hecho que podría adquirir la Verdad a cualquier precio pero justo en ese momento sintió que no estaba aún listo para ella.

De vez en cuando ansío la paz y el descanso en mí mismo, pensó, pero todavía necesito entretenerme un poco en mi pequeño mundo de justificaciones y sufrimientos innecesarios. Además siento gusto cuando responsabilizo a los demás de lo que me pasa. Siento que el pago es demasiado elevado, pues aún busco refugio en mis creencias irrefutables. Esperaré un tiempito más para adquirir la Verdad Plena, se dijo, y se alejó tranquilamente de La Tienda de la Verdad sin sentir contradicción.

Fuente: Muro de Escuela Camino 4 Uruguay

vendredi 16 août 2019

Conocer el propósito de su alma

¿Alguna vez se pregunto qué está haciendo aquí y cuál es el propósito de su alma?

"Si sigues tu dicha, te pones en una especie de rastro, que ha estado allí todo el tiempo esperándote, y la vida que deberías vivir es la que estás viviendo." - Joseph Campbell."

El propósito de tu alma es por lo que estás aquí sobre esta tierra en este tiempo. Lo que buscas o lo que esperas está probablemente conectado con el propósito de tu alma. Es un aspecto de tu vida que te guía y te hace avanzar.
Cuando conoces el propósito de tu alma, estás contento con tu vida. Cuando el tema de tu vida es adecuado para tí, sientes una sensación de flujo, como si estuvieras dirigiéndote en la dirección correcta. Todo se siente bien. En su libro Flujo (2008), Mihaly Csikszentmihalyi dice que cuando accedes al propósito de tu alma, tienes una sensación de armonía.
En lugar de seguir el camino sugerido por alguien más, aquellos "en el flujo" parecen estar viviendo sus sueños elegidos, auténticos. Cuando tu tema está conectado con tu propósito, te sientes motivado e intrínsicamente feliz.
Algunas personas conocen el propósito de su alma muy temprano en su vida, otros lo descubren después. Algunas veces el propósito emerge en respuesta de una experiencia de la infancia, que pudo haber sido alegre o posiblemente relacionada con un trauma.
Hay cosas, sin embargo que no nutren o alimentan el propósito de tu alma. Necesitamos soltar lo que ya no nos sirve, ya sean pensamientos, actividades, o comportamientos. Por ejemplo, si estás sintiéndote incómoda con alguien, considera dejar ir a esa persona. Tu alma te está enviando un mensaje. Tal vez este individuo está arrebatando toda la alegría de tu vida.
En su libro El arte de Sanar (2013), Bernie Siegel, M.D., dice que el cree que el propósito de nuestra alma es lograr el verdadero equilibrio que necesitamos para usar nuestros cuerpos y luz para ser plenos en nuestras acciones. El sugiere que pensemos en nosotros mismos como en velas, con las llamas alcanzando el cielo en la esperanza de conectar con lo Divino.
El sugiere pensar en la cera y la mecha como nuestros cuerpos, que nos ayudan a conectarnos y aterrizarnos. Mientras la vela arde, la llama consume a la cera y su cualidad está determinada por qué tan pura es la llama. Esta vela, de hecho, puede iluminar nuestro mundo al compartir su amor y su luz.
Si estás en un cruce de caminos en tu vida, tal vez es el momento de plantearte algunas preguntas sagradas o iluminadoras que inspiren la transformación. Algunas que podrías preguntarte a tí mismo, ya que podrían ser claves para el propósito de tu alma:

  • ¿En qué soy bueno?
  • ¿Qué parte de mi día es más feliz?
  • ¿Qué me daba felicidad cuando era niño?
  • ¿Qué ya no me sirve en mi vida- emocionalmente, físicamente y espiritualmente?
  • ¿Hay algunos eventos sincrónicos que podrían ser una clave al propósito de mi alma?
  • ¿He tenido algún accidente que me sirvió como un llamado a despertarme?
  • ¿Quiénes son mis modelos a seguir e íconos?
  • ¿Qué enseño con frecuencia a otros?
  • ¿Cuáles son mis sueños y deseos?
  • ¿Cómo ayudo a transformar a otros?
  • Si tuviera un año de vida, ¿qué haría?

Encontrar el propósito de tu alma podría ser visto como una jornada investigativa o una búsqueda de tesoro. Si eres un buscador espiritual, entonces ya estás en el camino. Es importante ser auto-consciente y alerta a todas las posibilidades. Se trata de plantear preguntas que te lleven al hogar, al lugar donde estás destinado. Algunas personas conocen desde el principio cuál es su propósito, paro para otros, toma tiempo y experimentación.

References

Csikszentmihalyi, M. (2008). Flujo. New York, NY: Harper.
Siegel, B. (2013). El Arte de Sanar. Boston, MA: New World Library.

vendredi 2 août 2019

Aprender cómo estar enojado

Hay muchas razones para creer que uno de los problemas dominantes en el mundo de hoy es un exceso de enojo. Conocemos todo sobre sus gritos y sus disparatadas: sus rabietas, su irracionalidad, su poca disposición para el compromiso. Además, amenaza con empeorar; parecemos atrapados en un conjunto de dinámicas (políticas, tecnológicas y ambientales) que prometen un futuro cada vez menos paciente, menos sereno y menos tolerante.
Pero puede ser más bien más realista, aunque suene extraño, insistir en lo contrario: que cualquiera que sea la impresión generada por un compañero franco enojado públicamente, el problema mucho más común pero invisible - por naturaleza- es una tendencia contraria, una inhabilidad extendida para estar enojado, una falla en saber cómo organizar de manera correcta y efectiva una queja, una frustración tragada y desarticulada - y la amargura, la acción subterránea, la depresión de bajo nivel que sigue por no permitir que nuestras penas legítimas encuentren expresión. Por cada persona que grita muy alto, hay al menos veinte que han perdido su voz injustamente.
No estamos hablando aquí de rabia delirante, la clase que hace daño a inocentes y no lleva a ninguna parte. El punto no es rehabilitar la barbarie, es argumentar a favor de una capacidad ocasional para expresar - con dignidad y aplomo - con el fin de corregir la sensación razonada de que algo no está bien - y que quienes nos rodean necesitan tomar una perspectiva opuesta a bordo.
Somos - por lo general - incompetentes en estar enojados debido a los motivos más amables: en parte, desde una creencia en la complejidad de situaciones y las mentes de otras personas, que socavan el entusiasmo por lo que sea que tenga pinta de mojigatería u orgullo. Nos decimos a nosotros mismos - en relaciones o en el trabajo - que los otros deben tener sus buenas razones para comportarse como lo hacen, que ellos deben ser esencialmente gentiles y buenos y que sería un insulto a sus esfuerzos levantar nuestra mano respecto a un problema que seguramente ni siquiera comprendemos completamente.
Tendemos a importar nuestra modestia desde la niñez. Es un privilegio permitir a un niño manifestar su frustración - y no todos los padres son un juego. Algunos están muy entusiasmados en tener un "buen bebé".  Ellos dejan que el niño sepa desde el primer momento que ser "travieso" no es divertido y que esta no es una familia donde los niños pueden "dar cien vueltas a" los adultos. Los estados de ánimo difíciles y los berrinches, quejas y rabietas no son parte de la historia. Esto ciertamente asegura un cumplimiento a corto plazo, pero paradójicamente, el buen comportamiento extraordinario usualmente es un precursor de malos sentimientos, y en casos extremos de malestar mental en la edad adulta. Sentirse lo suficientemente amado que uno puede decir a las figuras paternas que se retiren y ocasionalmente arrojar algo (suave) a través de la habitación, pertenece a lo sano; los padres realmente maduros tienen reglas y permiten que sus niños (algunas veces) las rompan.
De otra forma, hay una especie de muerte interior que proviene de haber tenido que ser muy bueno muy pronto y a abandonar el propio punto de vista sin un parpadeo de auto-defensa. En las relaciones, esto puede significar una tendencia a ser tomado del pelo espléndidamente por muchos años, no en términos de abuso rotundo (aunque eso también) sino de la clase de humillación de bajo nivel y de ser subestimado por lo que parece que muchas personas no pueden protestar. En el trabajo, una preocupación inquebrantable por la cortesía, empatía y gentileza puedee terminar en proveer las precondiciones perfectas para que le pasen por encima.
En ocasiones, deberíamos re-aprender el arte descuidado de educadamente ser una molestia. El peligro de aquellos que nunca han gritado es que podrían en compensación terminar alareando. Este tampoco es el punto. El objetivo es una protesta firme pero dueña de sí: Excúseme, pero está arruinando lo que deja de mi vida, lo siento, pero está cauterizando mis posibilidades de felicidad; perdón pero esto es suficiente...
Pensamos mucho en irnos de vacaciones y probar nuevas actividades. Hay mucho entusiasmo por aprender otros idiomas e intentar plantos extranjeros. Pero el verdadero exotismo y la aventura pueden estar más cerca de casa: en la esfera emocional, y en el coraje y originalidad requerida para dar una oportunidad a la ira contenida, tal vez esta noche, después de la cena. Ya tenemos los discursos escritos en nuestras cabezas. Es probable que haya una esposa, un pariente, un colega, o un niño que no ha escuchado lo suficiente de nosotros durante mucho tiempo - y sería de incalculable beneficio para nuestro ritmo cardíaco y nuestra constitución emocional y física tener una conversación con ellos. El tímido siempre imagina que el enojo puede destruir todo lo bueno. Pasa por alto - porque sus infancias le animaron a hacerlo - que el enfado puede también ser un fertilizante a partir del cual puede emerger mucho menos amargado y mucho más vivo.

Fuente: https://www.theschooloflife.com/thebookoflife/learning-how-to-be-angry/