vendredi 28 septembre 2018

Graduarse de sí mismo - Virginia Gawel

"La vida no viene con un manual de instrucciones. De modo que, mientras aprendemos a usarla, año tras año, apretamos todo tipo de botones equivocados: lastimamos y somos lastimados, perdemos oportunidades, defendemos obstinadamente nuestros autoengaños... Sin embargo, a veces a pesar de ello, y otras gracias a ello, año tras año podemos ir gestando la perla gozosa y sufrida del autoconocimiento. Propia. Tal vez lo único realmente propio que uno pueda llevarse de este mundo.

Tu error puede ser tu capital, parte esencial de tu currículum vitae, de tu hoja de vida. Como también lo es tu logro. Y un día sucede: sucede que uno acepta a ése que uno es. Ése que no es exactamente el que otros esperaban que fuera. Inclusive es posible que ni siquiera sea el que nosotros mismos esperábamos llegar a ser. Sin embargo, es el que es (y tal vez sea más que bastante!). Al renunciar a las expectativas erradas sobre quiénes somos, podemos comenzar, más descansadamente, a descubrir el que ni imaginamos que podríamos ser. Qué alivio produce el poder dar de baja tantas expectativas, y no tener que ser de determinada manera para ningún público! Y también qué ahorro de energía implica el dejar de molestarse a sí mismo por no ser el que uno no es...

A partir de esa madurez la vida ya no depende más de lo que otros opinen: uno puede decirle a quien quiera indicarle cómo vivir sin que uno se lo haya preguntado: “Mi vida no es opinable”. (Los necios también son no-opinables, pero de otra manera...) Ése es el mérito de que los años no pasen en vano, si es que en vano no han pasado. Entonces hagamos esto: cumplamos años, porque es cumplir porciones de nuestro destino en esta tierra. Un año más para ir logrando esta tarea de graduarse de sí mismo. No importa cuándo sea tu fecha: tomemos la excusa del reciente cambio de almanaque para cumplir años ahora, todos juntos. Cada uno elija una persona querida y dígaselo. Mírele a los ojos y convídele este poema de Mario Benedetti, “Onomástico”. Buenos tiempos para los nuevos tiempos!

Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa
y aunque otros olviden tus festejos
las noches sin amor quedaron lejos
y lejos el pesar que desalienta

tu edad de otras edades se alimenta
no importa lo que digan los espejos
tus ojos todavía no están viejos
y miran, sin mirar, más de la cuenta

tu esperanza ya sabe su tamaño
y por eso no habrá quien la destruya
ya no te sentirás solo ni extraño

vida tuya tendrás y muerte tuya
ha pasado otro año, y otro año
le has ganado a tus sombras, aleluya.

Mario Benedetti. Las soledades de Babel. 1991.

vendredi 21 septembre 2018

Notas Desafío Coaching Sven Doehler

Conocimiento logrado a través del calor de su propia transformación
¿cómo lograste descubrir tus dones?
Algo que sucedió sin respuesta en el mundo autorizado.
Por ejemplo una enfermedad física, un sueño, una experiencia de vida, los abuelos, algo externo o algo interno o una combinación de los dos...
El llamado es una enfermedad que no se cura...
Recurrí a lo que pude, me ví obligado a entrar en mí: el trabajo es interno.
Entre más trato de cambiar al otro, el otro resiste...
Si yo cambio - organización interna - la situación cambia - se reorganiza. Un trabajo interno que lleva a un equilibrio, que lleva a que de alguna forma se reorganice lo de afuera.
Transformarse a través de conectarse con el dolor 
La transformación comienza al darme cuenta que hace falta algo.
¿Que hace falta soltar o dejar entrar para restaurar movimiento en su vida?
Así piensa el mundo chamánico.
La persona tuvo que lidiar con su propio nudo. ¿A dónde está atorada la persona?
"El curandero herido": http://www.psicologiaprofunda.com/escritos-es/el-curandero-herido
Si te relacionas con lo que está pasando, si te relacionas con ello, tal vez te transforma y despierta la posibilidad de trabajar con otros.
Lo que necesitas es conectarte con tu dolor para que te transforme. Entender el dolor, entrar en relación, es una pérdida de inocencia.
Soltar lo que yo pensaba.
Mucho del chamanismo es abrir espacios para que algo nuevo pueda aparecer.
El chamán no puede hacer por otros lo que no ha hecho consigo mismo, a través de este trabajo recibe el fuego de la transformación y puede trabajar con ese calorcito.
El chamán puede estar en diversos estados de consciencia al mismo tiempo
Percibir, qué se está moviendo en tu cuerpo, ¿qué pasa contigo y conmigo?
En qué momento dejo que mi conexión participe en lo que digo.
Puedo estar en el plano de lo que está pasando al conversar contigo, cómo estás hilando tus ideas, que hay entre lineas, cuáles son mis pensamientos, todo a la vez. Se puede practicar estar presente, percibir qué está en juego.
¿Cómo me orienta lo que siento?
¿Qué es lo que está faltando?: la intuición
Son cuatro estados de consciencia a los que podemos acceder
¿Es mío, es tuyo?
¿Es pasado, es presente?
El chamán está presente en diferentes perspectivas, puede modificar la percepcion, con la manera de hablar con las imágenes que se usan para tocar al otro.
Estar dividido puede ser un tema de identidad
¿Qué pasa si te imaginas que esos personajes se encuentran en tí y tu trabajo de vida es descubrir en qué consiste ese encuentro?
El encuentro de lo interno con lo externo, de lo consciente con lo inconsciente.
Al imaginarlo diferente es diferente
Diferenciar lo chamánico de la Nueva Era
La transformación es un trabajo con energía - que se materializa en el cuerpo, en las emociones.
Consciencia de lo chamánico, la medicina tradicional...
Los estudios: alquimistas - Paracelsus y Jung
Una sanación es una transformación, algo se reorganiza, algo se completa y algo nuevo aparece
La psicología alquímica es similar al chamanismo
Lenguaje chamánico y alquímico.
"el arte"
¿Cómo combino las cosas para lograr una transformación?
Esfuerzo contra lo natural... estamos hablando sobre el "yo", el sentido de identidad, quién soy - es quien requiere transformarse.
Dejar de ser algo... lo que he favorecido, lo que recibe recompensa...
He buscado estrategias para alejarme o evitar lo que no me gusta.
La vida no nos deja... uno no controla, todos nos tenemos que topar con la realdiad de lo que no podemos evitar.
Para ser personas completas, debemos comenzar a desarrollar la sombra - lo que no veo, lo que dejé atrás, lo que se ha atrofiado.
La vida te va presentando oportunidades que requieren otro tipo de respuesta
¿qué quiere la vida de mí?
La vida pone obstáculos... el ego ¿cómo voy a vencerlo?
La travesía del alma, es cómo me convierto en quién soy, cómo cobra sentido para mí... ¿cómo vivo mi vida con sentido, cómo logro que deje algo?
El lenguaje del alma es el dolor: me llama, me invita ... ¿qué nueva cosa puedo incorporar?...
Obstáculos para perder el control y verse obligado a hacer algo: transformarnos, puedo agarrarme del pasado y sufrirlo más, o puedo decir: cómo lo enfrento, cómo me relaciono con ello, cómo lo tomo en cuenta, cómo permito que me afecte - que me transforme. Lo que necesita ser transfomado soy yo. La vida son series de transformación.
¿con quién trabajo? ¿con qué trabajo? Trabajo con el nudo: me dice que algo quiere ser transformado.
El esfuerzo que va contra los hábitos naturales del yo: de defenderse, de cerrarse
¿Cómo motivo a la persona para salir de lo aprendido, de lo habitual?
La neurosis es evadir: culpabilizar a otro, minimizarlo: no es para tanto, negarlo: no pasa nada, enfermarse. Darme cuenta que cada vez que evado, alimento mi neurosis
¿Cómo estoy en la realidad? Estar en la realidad a veces duele...
Qué nuevo puedo aprender al relacionarme cuando salgo de lo aprendido.
Contestar como nunca he contestado antes.
Decirlo como nunca lo he dicho antes.
Salir de lo aprendido, salir del hábito.
¿Qué hago?
Puedo tener una pérdida - de control, de orgullo
¿Cómo respondo?
En lugar de actuarlo habitualmente, si me observo, cómo están estructuradas mis defensas, cuáles son mis patrones - pueden cambiar los eventos, pero el estímulo puede generar la misma respuesta

  • ¿a qué le estoy huyendo?
  • ¿qué quiero evadir?
  • ¿qué me da miedo?
  • ¿qué temo?
  • ¿qué está en juego para mí?

Tener momentos de reflexión, las cosas van a empezar a transformarse, a cambiar su forma.
No puedo eliminar las cosas, la única forma es atravesarlas, ser transformado por ellas.
Podemos tener miedo al cambio, pero más miedo de quedarse en lo mismo
¿Cómo abrazo la vida? Respetando lo mío y lo que está pasando
Cómo voy a relacionarme, despertar nuevos recursos, algo va a aparecer, un recurso interno que genera la transformación.
Cuando polarizo, cuando voy de un extremo a otro, cuando tiro la toalla ... se llama escindir... es otra manera de evadir. ¿Qué tanto polarizo?
La receta alquímica: no quiero reprimir, pero tampoco quiero actuarlo
Puedo estar con la emoción, y conocer la emoción, antes de reaccionar automáticamente
Entre el impulso y la acción hay una pausa
Retrasa tu reacción para poder explorarla... ¿qué quiere? ¿cuál es el patrón que sigue?
Me di cuenta... hice otra cosa... es un proceso... es atravesar lo que sucede para que despierte nuevas cosas y responda diferente.
La transformación se da en la cocina: proceso de calentamiento, para prepararlo.
Una cocina en la que la persona trae una pasión, un instinto reprimido o desbocado... la problemática es lo que hay que trabajar - no resolver- qué requiere esto? baño maría, fuego directo?
Para transformar requerimos imágenes, es un espacio de transformación...
Una cocina transforma... no es eliminar, es transformarlo...
Más allá de resolver un problema, cómo a través de un problema salgo diferente de como entré.
Si aprendo algo nuevo, no aplico las mismas fórmulas una y otra vez
La transformación es toparme con nuevas cosas y hacerlo diferente
Ver mis posturas de neurosis: polarizando, evitando, negando
La invitación es ir contra mi hábito natural para descubrir otro recurso en mí - conocerme
Trabajar desde este lugar, sintiendo una cosa, pensando otra...
¿Cómo hago lo que hago? - Aquí está la magia
En lugar de eliminar, cocinar
¿Qué hago frente a un contratiempo?
¿Qué hago cuando ya no puedo seguir igual?
El cómo se hace relevante
Puedo responder repitiendo, insistiendo
O hacer una pausa, tomar aire, y ver la oportunidad de hacer algo diferente
No es un manual... es un compromiso de crecimiento: mirar dentro de mí y resolverlo allí
Si quiero crecer como persona, puedo paralelamente hacer una pausa: ¿cómo fui yo complice en lo que el otro "me hizo"?
Salir de lo habitual y atreverse a mirar cuál es mi parte
Si cambio mi parte, algo voy a cambiar en lo que pasa afuera, el trabajo es interno
Muchas veces me doy cuenta que algo no funciona, lo quiero arreglar... pero hay una pregunta: quién va a hacer el cambio... ¿el yo? es solamente un ajuste, un parche. Lo desafiante de esto es que no hay una fórmula de cómo hacerlo, solamente cómo no hacerlo.
Un camino a través de lo que no es... el ego va a querer resolverlo y volver a lo de siempre... si me quedo, va a surgir un recurso desconocido: algo auténticamente nuevo.
Detenerse y observar
Estar plenamente comprometido en el encuentro con otro
Dedicarse el tiempo para conocer esas partes nuestras que no queremos reconocer...
¿Cómo soy complice de lo que hace el otro?

Una idea que te guía y una práctica que lo refuerza
Utilizar lo que pasa afuera para descubrir algo interno

Si cambia una parte, se da una nueva organización

vendredi 14 septembre 2018

El caso en contra de las carreras - Andrew Taggart

Cuando los niños americanos son jóvenes, son interrogados repetidamente por sus padres, profesores y otros adultos sobre qué quieren ser cuando crezcan. A mi mejor saber y entender, raramente un adulto inquisitivo espera escuchar: "Un ser humano gentil abierto a lo que la vida me traiga."
La cuestión de qué "ser" o mejor, qué ocupación escoger, pronto se convierte en una de las ideas fijas de los niños, algo que con el tiempo, toma el centro del escenario en sus esperanzas y sueños más pragmáticos para el futuro. El jardín de niños hasta el grado 12 han llegado a funcionar como una forma de producir trabajadores de conocimiento, impulsando cursos en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas) mientras se aseguran que las clases de Taller de Madera y ética continuarán pasadas de moda o se mantendrán "lo que hacen pocos niños extraños". Posteriormente, las universidades forzosamente impulsarán esta agenda empleando consejeros profesionales, creando centros de recursos profesionales, haciendo seguimiento de la colocación de carreras profesionales e incentivando con estas estadísticas a los futuros estudiantes. Todo lo que mantendrá girando el molino.
A través de sus años de formación, entonces, los jóvenes están siendo martillados con la idea de que necesitan tener una carrera - no solo cualquier carrera sino más especialmente una carrera que "valga la pena" y que sea "satisfactoria". Esta narrativa se ha enrizado profundamente en el sentido común que se ha vuelto dificil incluso verla mucho menos cuestionarla.
Pero la cuestionaré. Soy lo que Kate McFarland y D. JoAnne Swanson llaman un "anti-carrerista" y le invito a que se vuelva uno también.

¿Qué es una carrera?

El expresidente de Facebook, Sean Parker, una vez remarcó, "pienso que una carrera es algo que su padre trae a casa en un portafolio cada noche, luciendo cansado." Pienso que es peor que eso. Creo que las carreras son una idea mala y destructiva - no solo para la persona que se embarca en una, sino para todos.
Pero para ver esto, primero necesitaremos comprender qué es una carrera.
Una carrera no se reduce a un trabajo o a una cadena de trabajos. Un trabajo, una invención conceptual del siglo XIX, es una manera de empacar, mediante un contrado empleador-empleado, alguna contribución razonable que el empleado puede querer hacer al mundo jungo con medio de vida (un pago estable) y un conjunto de beneficios (nada menos que la cobertura en salud, que se ligó con un empleo remunerado solamente después de la segunda guerra mundial). Pero si tenemos trabajos cuando somos chicos, con toda razón no pensábamos que esos fueran, en la mayoría de los casos, el comienzo de nuestras carreras. Esto es porque una carrera es cierta clase de relación continua que tenemos con un trabajo remunerado ( o con una mezcla de trabajo no remunerado y remunerado). ¿Pero qué clase de relación es esta?
Una carrera es una historia de progreso en primera persona centrada en el trabajo sobre el transcurso de la vida de un individuo, una historia que confiere un sentido de propósito y unidad sobre unas experiencias de trabajo específicas (prácticas, trabajos, actuaciones, proyectos, premios, promociones, etc.) como también una identidad formal (periodista, bombero, contador, coach ejecutivo, consejero de arte independiente, etc.) sobre un individuo. El objetivo de la carrera y entonces la vida del carrerista es el éxito en el trabajo.
Esta definición aplica tanto al Hombre de Organización de mitad de siglo, un trabajador que intercambia lealtad a una organización particular por un empleo potencial de vida allí, como también a la figura más reciente llamada un "dueño de portafolio". Un "dueño de portafolio" es alguien que, siento un producto del siglo XXI, "se inspira en otras disciplinas para crear una carrera personal adaptable y diversificada". Esto es una carrera personalizada y no estandarizada. El "dueño de portafolio" puede pertenecer a ninguna industria u ocupación establecida, pero de alguna forma toma lo que está haciendo para ser una pieza del portafolio de carrera que está diseñando.
Ya sea es Carrera 1.0 (que promete avance de carrera mediante promociones y el recibo de más títulos senior, con frecuencia en la misma organización estable y multi-generacional) o Carrera 2.0 (que requiere un portafolio personalizado que pueda demostrar el avance propio a través de un mundo de trabajo precario que es dominado cada vez más por proyectos independientes y a corto plazo) no importa. Los dos presumen la centralidad de una historia que me cuento a mí mismo no solo sobre el trabajo que hago, sino sobre todo, sobre quién soy.

Cómo "la muerte de Dios" llevó al nacimiento de la carrera

En 1882,  Nietzsche contó la historia terrible de un hombre loco que una mañana brillante corrió en el mercado, proclamando que aunque había buscado a Dios durante mucho tiempo, no podía encontrarlo. Y la razón por la que no podía encontrarlo es que, "Lo hemos matado, usted y yo! Todos somos sus asesinos". Mientras tanto, la multitud se ríe de la "diversión" y puede solamente mirarlo "con sorpresa". El concluye que el "evento prodigioso aún está en cambino": La Muerte de Dios ya ha ocurrido - sin fanfarria - pero no el reconocimiento amplio cultural de su magnitud, de su gran importancia para ellos y para las futuras generaciones.
Para ser claros, la parábola no tiene que ver con una pérdida individual de la creencia en Dios (algunos individuos creen y seguirán creyendo), sino más con la pérdida de una imagen metafísica compartida del universo. Esta es la pérdida, no menor, de lo que otro filósofo, Jean-Francois Lyotard, una vez llamó una “metanarrativa,” una manera compartida de dar sentido del cosmos y de brindar sentido a millones de seres humanos. Y así, todo lo que ha guiado a la cultura Europea durante miles de años ha sido barrido abruptamente, dejando solamente el aquí y el ahora, el polvo y el hueso de la tierra, a su paso.
Sin la creencia de que mi vida es parte de un drama cósmico que se desarrolla alrededor y a través mío, estoy inmerso en un nuevo mundo donde creo que solamente tengo una vida para vivir; donde estoy existencialmente solo en todo esto; y donde no puedo hacer más que trabajar en el mundo antes de desaparecer de él. No es sorprendente entonces que conceptos seculares surjan en este tiempo para brindar una nueva, aunque inadecuada forma a las vidas humanas. Las cuatro que tengo en mente son: placer, amor romántico, deportes y carreras. Estas preocupaciones seculares se han convertido esencialmente en las únicas que la mayoría de personas han aceptado hoy. Buscamos el placer sexual a través de vínculos sueltos de amistad (pasando el rato mientras bebemos cerveza) y a través de la forma consensual de moralidad sexual (testimonio de la cultura de conexión de Tinder); buscamos el amor romántico monógamo con la esperanza de que satisfará nuestras necesidades emocionales más profundas; nos dedicamos al ejercicio físico o hacemos deporte, un pasatiempo solamente popularizado en los últimos 100 años, como un fin en sí mismo y como un medio para mejorar la salud por el bien de una mayor productividad; y seguimos carreras, las cuales solo fueron inventadas en el siglo XIX y solamente llegaron a ser prominentes después de la segunda guerra mundial, como los objetivos finales de nuestras vidas.
Sin saberlo, aceptamos las carreras por nuestro riesgo, pues la carrera es un pálido sustituto para la pérdida de una visión y una fe compartida culturalmente. Esta es la pérdida metafísica e histórica mundial, una pérdida que aún no hemos reconocido, ni mucho menos duelado.

Por qué la carrera es algo bastante malo

Para empezar, se basa en justificaciones de acciones (o inacciones) lo que está enfocado estrechamente en el interés personal. No es que realizar una cirugía sea necesariamente algo malo. Pero si el doctor realiza la cirugía expresamente porque está tratando de avanzar en su carrera, entonces pude estar realizando una cirugía innecesaria y el paciente puede ser puesto en riesgo innecesariamente. Y esto no es un caso aislado, siempre que estar comprometido con el carrerismo fácilmente lo compromete también con dar justificaciones a sus acciones (o inacciones) que no están primariamente centradas en lo que sea correcto hacer para las personas relevantes a mano sino en las mejores formas de ir adelante.
En el peor de los casos, estos patrones justificatorios nos enseñan a ser solipsistas insensibles. Por lo menos, su presencia nos hace estar enredados en conflictos creados por el mismo carrerismo: ¿Hago lo correcto solo porque es lo correcto y entonces corro el riesgo de sacrificar mis propias ambiciones? ¿O promuevo mis ambiciones a expensas posibles o reales de otros? Esta clase de conflicto puede no estar presente en cada caso, pero está construido en la estructura del carrerismo.
En la cima de justificaciones egoístas es incluso una ilusión mayor. La clase de trabajo-centrismo suscrito por la carrera nos enseña a cada uno de nosotros a identificarnos con el trabajo que hacemos y como resultado estar completamente apegados a esa identidad. Consecuentemente, muchas personas se sienten ansiosas cuando esa identidad es amenazada, orgullosos cuando es afirmada y totalmente perdidas cuando desaparece.
En nuestra sociedad de trabajo, por ejemplo, los ancianos a menudo no tienen lugar o rol a jugar después de que no pueden trabajar más. Una mujer que necesitaba retirarse de su cátedra debido a un lupus me escribió recientemente para decirme que el "foco amplificado en el trabajo (en nuestra cultura) no solamente disminuye la vida en las formas que usted describe, sino que también marginaliza al mayor y al enfermo, y roba a los jóvenes de una infancia imaginativa". Ella concluye: "No hay modelos culturales en nuestro mundo para el ocio con dignidad". Y esto es así porque no hay modelos culturales vigentes que nos inviten a desidentificarnos de lo que sea que hacemos y así podamos continuar el trabajo que hacemos por el tiempo que lo hacemos y con el cuidado adecuado, pero sin quedar colgados con serlo. Al perpetuar esta fuerte identificación, la carrera termina causando sufrimiento a todo tipo de personas.
Guiar desde la crianza del egoísmo y el empujón hacia la fuerte identificación es la objeción más contundente a la carrera. Es que la carrera impide sentir la ansiedad vital existencial que de otra forma sentiríamos al obligarnos a confundir cualquier mínima satisfacción que encontremos a través de las historias del trabajo con un sentido de plenitud suprema. Pero esta última es una promesa que simplemente la carrera no puede cumplir. Ningún trabajo que hagamos, sin importar cuán satisfactorio pueda ser, puede ofrecernos un sentido de máxima realización. Solamente las experiencias trascendentes, aquellas que nos llevan más allá de nuestro sentido ordinario de ser y entonces nos revelan nuestro hogar en el cosmos, pueden brindarnos la satisfacción duradera que buscamos. Ninguna acción humana por sí misma puede traer gracia y nada menos lo hará.
Si, por lo tanto, garantizamos que ningún trabajo que hagamos puede proveernos con una realización suprema, entonces estamos inconscientemente lanzándonos a la pregunta existencial: ¿quién o qué soy realmente si no soy lo que hago para vivir? ¿Quién soy si no soy la historia centrada en el trabajo que he estado contándome todos estos años? ¿Por qué estoy aquí si no estoy fundamentalmente aquí para eso?

Una idea mala pero persistente

Durante mucho tiempo, la carrera ha sido una idea mala pero persistente. Se ha aferrado a la vida social, algunas veces cambiando de forma, casi siempre preocupada en vano por su apariencia vana. Pero su tiempo ha llegado.
Debemos dejar de preguntar a nuestros niños lo que quieren ser cuando sean grandes. Es una pregunta perniciosa. Y debemos querer vivir en un mundo donde la pregunta concreta, "Qué hace?", sea vista tan terriblemente vulgar que no vale la pena una consideración seria. Debemos matar esa pregunta también.
En cambio, debemos preguntar a nuestros niños, cómo en un sentido fundamental, desean vivir; qué y por quién quieren cuidar; lo que finalmente buscarán; por qué o por quién están dispuestos a morir; en qué formas pueden estar abiertos a lo que la vida les brinda; y cómo pueden, mientras mueren, estar tan llendos con la vida que cierren sus ojos libres de arrepentimientos y resentimientos y en paz con todo lo que es.

Matar la carrera - llámela la Muerte de la Carrera - es comenzar a despertar a la vida.

Fuente: https://work.qz.com/1342191/a-modern-workforce-needs-a-new-take-on-careers/

vendredi 7 septembre 2018

¿Chief Kindness Officers? - Leah Weiss

Estudiantes exploran cómo la auto-consciencia, auto-cuidado y auto-comprensión pueden ayudarles a convertirse en mejores líderes.

Leah Weiss, conferencista en comportamiento organizacional, enseña a sus estudiantes que mejores resultados comienzan con ser mejor con sigo mismo.
La meditación comienza a las 3 p.m. en la clase de compasión. Como conferencista Leah Weiss invita a sus estudiantes a cerrar sus ojos, la clase de 33 se queda en silencio. Mientras se acomodan en las sillas, ella indica tomar tres respiraciones profundas y lentas, pausando antes de exhalar.
Este no es el curso de escuela de negocios de sus padres. GSBGEN 324: Liderar con atención plena y compasión explora el rol de la compasión en el trabajo, planteando preguntas como "¿Cómo luce el liderazgo compasivo?" y "¿Cómo puede la atención plena mejorar la productividad?" El curso tiene regularmente una lista de espera de 70.
No es dificil imaginar porqué los estudiantes se sentirían atraídos hacia un curso que no solamente enseña liderazgo sino que también ofrece técnicas que ayudan a reducir el estrés y mejorar el bienestar. En un tiempo en el que estamos inundados de malas noticias, y a menudo más conectados con nuestros aparatos digitales que con el otro, la clase de compasión provee un antídoto para algunas de las enfermedades de nuestra era.
"Configuré la clase como un laboratorio", dice Weiss, quien comenzó a enseñar el curso en Stanford Graduate School of Business (GSB) en 2012. “La estrategia es, "Aquí hay algunas ideas con las que estamos experimentando. Aquí hay algunos experimentos que puede probar en su propia vida. Tiene que hacerlo, no solamente leer sobre ello.”
La clase se reúne una vez a la semana durante 3 horas. La meditación diaria, variedad de ejercicios y "tarea del mundo real" conforman el curso, que está basado en la teoría de que una actitud compasiva puede reducir significativamente la angustia que las personas sienten en situaciones difíciles, además de hacerle un mejor líder.
Uno de los primeros ejercicios que los estudiantes emprenden es escribir sobre un momento en el que fracasaron. Weiss también les hace compartir su auto-crítica - las cosas desagradables y sentenciosas que se dicen a sí mismos cuando las cosas se ponen difíciles. Las presentaciones son anónimas, y cada persona toma el turno para leer las declaraciones de los demás en voz alta. No toma mucho para  que surjan temas universales: Me siento como un fraude. Todos los demás lo pasan mejor. Soy el único que se siente solitario. Soy el único que se siente ansioso.
Esto es lo que las personas en este curso están sintiendo, dice Weiss a su clase.
"Es muy importante para ellos darse cuenta de esto a medida en que salen al mundo", explica.
El currículo de Weiss se basa en una metodología llamada Entrenamiento de Cultivo de la Compasión, un programa de 8 semanas diseñado por académicos del Medical School’s Center para Investigación y el Estudio de la Compasión y el Altruismo para ayudar a los estudiantes a desarrollar la gentileza por ellos mismos y los otros. El programa integra prácticas tradicionales contemplativas con psicología contemporánea e investigación científica sobre compasión. Weiss también ha enseñado cursos de compasión en la Escuela de Mediciana y en el U.S. Departmento de Asuntos de Veteranos para personas con desorden de estrés postraumático, el Centro para la Salud y Recursos Humanos de Refugiados en Boston, y la Asociación de Alzheimer.
En la década pasada un amplio rango de publicaciones revisadas por pares han publicado evidencia sobre los beneficios de la compasión. Current Psychiatry presentó un estudio en 2016 que reportó múltiples beneficios de ser bondadoso con uno mismo, incluyendo resiliencia después del fracaso, bajos niveles de depresión y ansiedad e incluso una mejor calidad de vida en general. Un documento de 2013 en la publicación multidisciplinaria PLOS ONE concluyó que la auto-compasión ayuda a estudiantes con bajo rendimiento, estresados crónicamente a mejorar su resolución de problemas. Otro documento publicado ese año en Procedia — Social and Behavioral Sciences describió un estudio que mostró una correlación positiva entre auto-compasión y la satisfacción laboral entre 300 trabajadores de cuallo blanco en Estambul.
"Es dificil pensar en una forma en la cual la compasión no sea relevante para el liderazgo, el éxito y el bienestar," dice Jamil Zaki, director del  Stanford Social Neuroscience Laboratory y profesor asistente de psicología. "Las personas con alta empatía y compasión se superan a ellas mismas. Las personas que son gerentes o líderes que pueden conectar con otros tienen éxito y sus resultados son mejores."
A modo de ejemplo, Weiss cita la política de la compañía que refleja compasión tangible por los empleados. Si un trabajador pierte a un miembro de la familia y pide permiso de duelo, una compañía que ofrece licencia con suelto muestra cuidado en el trabajo a largo plazo incrementará un sentido de seguridad y como resultado, de lealtad. Cuando otros empleados vean que su compañía o jefe se preocupa por ellos, aumentarán la retención y la moral, dice Weiss. Esto inevitablemente ayuda a sus resultados.
Lo opuesto también es cierto. Una compañía financiera con la costumbre de despedir empleados justo antes de las vacaciones de Diciembre quería finalizar el año "en la cima", pero sentían las repercusiones cuando algunas de sus mejores personas partían. "No funciona a largo plazo," dice Weiss, "incluso si funciona a corto plazo".
Para Divya Vishwanath, estudiante de segundo año del GSB de Stanford quien previamente trabajó en mercadeo corporativo, incluir la clase de compasión como parte de su curso de estudios tiene perfecto sentido. "Mientras estaba en Google, aprendí sobre el beneficio de practicar atención plena y cómo me hacía mejor líder, gerente, coequipera", escribió en un correo. "Ha pasado un tiempo desde que realicé esta práctica con propósito y despues de un tiempo divertido pero algo loco en el mundo de las nuevas empresas, quise revisitar el hábito."
El curso de Weiss es parte de un hilo con propósito en el currículo de liderazgo en el GSB de Stanford: enseñar a los futuros líderes sobre la importancia de la auto-consciencia, auto-cuidado y auto-comprensión, dice Sarah Soule, decana asociada sénior para asuntos académicos y profesora de comportamiento organizacional. "El curso ajusta bien en nuestro currículo general de liderazgo porque cubre estos y otros temas importantes sobre liderazgo".
Cuando Weiss habla a las personas del campus y en el mundo del trabajo sobre auto-compasión, ella con frecuencia encuentra la incredulidad de que ser amable con nosotros mismos es una buena táctica, ya sea personal o profesionalmente. Muchos creen que la auto-crítica es la que nos mantiene responsables y mejora nuestro desempeño, ella escribe en su nuevo libro, Cómo trabajamos: Viva su propósito, reclame su cordura y acepte la rutina diaria, lanzado en Marzo.
Otro tema de discusión es aceptar la retroalimentación negativa y dejar ir los hábitos y pensamientos auto-destructivos. "Note el tono de voz que usa consigo mismo cuando se da cuenta que está mortificado," sugiere. "¿Se está gritando? ¿Poniéndose nombres? Está resolviendo el tema o permanece estancado repitiendo el guión de despotricar en su contra?" La auto-conversación positiva - hablarse a sí mismo como lo haría con un amigo - cambia la perspectiva y la resiliencia, muestra la investigación en compasión.
Cambiar ambientes tóxicos de trabajo cambiando el liderazgo futuro es uno de los objetivos de Weiss, guía gran parte de su trabajo.
"Pienso en el hecho de que estos - estudiantes- van a ser personas dirigiendo compañías, decidiendo lo que sucede con nuestro ambiente, tomando las grandes decisiones. Hay mucho en juego. Se trta de qué tan humanos, qué tan íntegros y arraigados en la consciencia pueden ser nuestros futuros líderes. La compasión necesita estar normalizada como un hecho, no como algo opcional. Es tiempo de comenzar a consruirla como un paso preventido antes de que las personas terminen quemadas o pierdan su rumbo".

Seis Formas de ejercitar la Autocompasión

El conferencista de Stanford GSB y "académico contemplativo" Leah Weiss escribió los siguientes consejos para los lectores interesados en practicar compasión en su vida diaria.

Tomárselo personalemente

La supresión de emociones no es posible. Si nuestras mentes están pensándolo, nuestros cuerpos lo mostrarán. Embotellar sus emociones puede resultar en daño a largo plazo. Para sí mismo y probablemente para otros a su alrededor. ¿Cuál es la mejor forma de tratar con sus emociones? Reconocer sus emociones - Identificar de dónde provienen - Tener una conversación consciente si es necesario - Permitir que la emoción pase - Notar que está bien sentir, procesar, tomar el tiempo de reconocer.

Sentarse incómodo con la vulnerabilidad

La vulnerabilidad. No es algo que logrará probablemente de la noche a la mañana. La mayoría de nosotros hemos atravesado muchas experiencias negativas para exponernos directamente. Pero tenemos que ser vulnerabies si vamos a ejercitar autocompasión o compasión hacia otros. Tenemos que tomar lo bueno con lo malo. Tenemos que pesar y notar los dos. Tenemos que permitir que otras personas vean nuestras imperfecciones.

Recordar que todos somos humanos

Las personas pueden ser intimidantes. El CEO de su compañía. Su gerente. Ese colega que siempre tiene las respuestas. Celebridades. Personas muy exitosas. La lista de las personas que parecen super-humanos continúa. Es facil ser impresionado por esas personas. Sentirse cohibido a su lado. PEro está olvidando un detalle importante: Todos somos humanos. Todos metemos la pata. Todos experimentamos el mismo rango de emociones. Todos nos sentimos como fraudes de tiempo en tiempo. Tanto con uno mismo como con otros.

Re escribir libretos negativos

Cuando comience a hablarse mal, deténgase. Entonces, dígase algo amable en cambio. Si su mejor amiga viene a usted con un problema - tal vez arruinó un gran momento en su trabajo, o tal vez olvidó una cita importante - y comienza a auto-criticarse, ¿qué le diría? Puede tratar frases simples como: - Todo va a estar bien; todos cometemos errores - Wow, eso es horrible! He estado allí también - Estás haciendo un gran trabajo, este es solo un día dificil. Mírese a sí mismo como un observador externo y díga las cosas que le diría a su amigo para calmarlo, consolarlo y tranquilizarlo.

Detener el Tren del Peor escenario

Cuando estamos preocupados o estresados, es fácil saltar justo a visualizar el peor escenario. Saltar directo en el peor caso posible -en su cabeza- hace más daño que cualquier otra coas. No le ayuda a prepararse para las consecuencias; le empuja directo al modo pánico. Tome un minuto, respire y enfóquese en la realdiad de lo que está sucediendo en este momento.

Auto-Calmarse

¿Cuáles son algunas cosas que le traen comodidad? Su música favorita; medias consentidas; una manta cálida; una tasa de café o de te; una larga caminata al aire libre; un entrenamiento agotador; o una práctica gentil de yoga? Cuando se sienta inclinado a comerse la cabeza, haga algo que le consuele. Haga de esto una práctica regular cuando se sienta mal consigo mismo; esto le permitirá manejar los momentos de dolor e incomodidad de una forma más constructiva.

Esta historia fue publicada originalmente en la edición de marzo de 2018 de Stanford Magazine.