vendredi 4 octobre 2019

¿Qué significa realmente una experiencia trascendente? - Emily Esfahani Smith

Hace varios años, conocí a una mujer llamada Janeen Delaney quien había sido diagnosticada con cáncer terminal. Janeen, que creció en un hogar Cristiano, se había alejado de la religión a lo largo de los años, cuando recibió su diagnóstico en 2005, la ausencia de un sistema espiritual en su vida de repente parecía como un gran vacío existencial. De repente, sintió como si estuviera viviendo en un campo sin labrar. Sin una creencia en algo mayor o una vida futura, la muerte significaba aniquilación, el fin absoluto - y eso la asustaba.
Saber que iba a morir, ella decía, la hizo cuestionarse sobre el sentido que tenía su vida.
Entonces, un día en 1008, se enteró de un estudio en la Universidad Johns Hopkins, que buscaba personas enfrentando la muerte inminente. El equipo de investigación liderado por el psiquiatra Roland Griffiths, quería saber si tener una experiencia trascendente importante - inducida por psilocibina, el ingrediente activo de los llamados hongos mágicos - le ayudaría a las personas como Janeen enfretar la muerte con paz en lugar de desesperación. Así que ellos llevaron a pacientes terminales de cáncer al laboratorio, les administraron psilocibina en un ambiente privado y controlado y entonces evaluaron cómo tener una experiencia mística afectaba su actitud frente a la muerte. Janeen se registró.
Este estudio es parte de un cuerpo de trabajo creciente sobre lo que los psicólogos llaman "experiencias autotrascendentes". Un nuevo artículo en la Revista de Psicología General, "Las Variedades de la Experiencia Autotrascendente", define estos estados como momentos transitorios en los que las personas se sienten elevadas más allá del ajetreo de la vida diaria, su centido de ser se desvanece y se sienten conectados con algo mayor. En dichos estados, las personas típicamente reportan sentimientos de asombro y éxtasis, del tiempo que se detiene, y el sentimiento de una sensación de unidad con otras personas, la naturaleza, Dios o el universo.
Esa fue la experiencia de Janeen con la psilocibina: "No había un átomo de mi ser, que no se fundiera con lo divino".
La trascendencia es una parte fundamental de la experiencia humana. Desde los albores de nuestras especies, las personas han estado perdiéndose a sí mismas en oración, canto y danza ritual. Aún así, durante mucho tiempo, el consenso predominante en psicología fue que dichas experiencias eran patológicas más que naturales. Freud creyó que "los sentimientos océanicos de unidad" eran memorias neuróticas del útero y los signos de una mente trastornada.
Pero conforme David Yaden, psicólogo en la Universidad de Pennsylvania y el autor líder del artículo sobre autotrascendencia, la investigación actual pinta una imagen muy distinta. Junto con sus co-autores, Yaden ha encontrado que las experiencias autotrascendentes pueden de hecho tener un efecto profundamente positivo en la psique humana. "Un consenso ha emergido desde los datos de investigación contemporáneos", me dijo Yaden, "que Freud estaba equivocado".
La persona que comprendió la trascendencia, dice Yaden, es William James, el gran psicólogo Americano del siglo XIX quien escribió Variedades de la Experiencia Religiosa. James estaba fascinado con los estados trascendentes - tan fascinado que tomó óxido nitroso o gas de la risa, para "estimular la consciencia mística" en sí mismo. Aunque era un científico meticuloso, James admitió experimentar "la emoción más fuerte" que alguna vez sintió, bajo la influencia de la droga. Basado en esa experiencia, concluyó que durante los estados trascendentes, resbalamos en estados alterados de consciencia diferentes de nuestra consciencia racional vigil. "Ningún relato del universo en su totalidad", escribió, "puede ser definitivo lo que deja esas otras formas de consciencia bastante ignoradas".
Las sustancias que alteran la mente son un camino a la trascendencia, pero no son el único. Puede perderse en el amor, o sentir asombro mirando una tormenta eléctrica desde su pórtico. Puede entrar en un estado de flujo en el trabajo o tomar un descanso del afán de cada día meditando. Y estas experiencias existen sobre un espectro, como Yaden señala: Hay "experiencias trascendentes mayores", en las que su sentido de ser se disuelve completamente y se siente uno con el universo - lo que experimentó Janeen. Y entonces hay experiencias más cotidianas, como cuando sale de su cabeza mientras escucha una pieza de música bella, hace una caminata en el bosque o asiste a un servicio erligioso. Conforme a Yaden, la mayoría de las personas tienen alguna clase de experiencia trascendente en algún punto de sus vidas - y cerca de la tercera parte de la población ha tenido "experiencias de unidad intensas".
Y estas experiencias pueden cambiarlo en forma duradera. En un estudio de 2014, los estudiantes miraron un altísimo bosque de eucaliptos de unos 200 pies solo por un minuto - pero después de ese encuentro inspirador de asombro con la naturaleza, reportaron sentirse menos egocéntricos e incluso se comportaron más generosamente cuando les dieron la oportunidad de ayudar a alguien. Otra investigación mostró que después de las experiencias trascendentes, las personas se sentían más satisfechas con sus vidas y valoraban sus vidas como más significativas. También presentaron mayores niveles de oxitocina - la hormona que promueve la unión entre dos personas - corriendo en sus sangre.
Yaden mismo ha tenido alguna experiencia de primera mano con estos estados. Su propio contacto con la trascendencia, dice, sucedió un día en la universidad, cuando estaba descansando en la cama de su dormitorio. Fue espontáneo - no estaba drogado o ni bebía ni meditaba. Pero de repente, recuerda, "sentí una profunda sensación de unidad" y "después, me sentí más abierto a otras personas y más comprometido en mi vida". Su curiosidad respecto a la experiencia lo siguió hasta la escuela de posgrado donde enfocó sus estudios en la psicología y neurociencia de la trascendencia.
Su investigación lo ha llevado a creer que la magia de la trascendencia reposa en su aspecto "aniquilador", o la manera en la que induce una sensación de pérdida de yo. La investigación en neurociencias muestra que durante los estados trascendentes, hay una actividad menor en el lóbulo parietal superior posterior, el área del cerebro que localiza al yo en el espaco y lo diferencia de todo lo demás. Cuando las entradas neuronales a esta parte del cerebro disminuyen, el cerebro ya no puede separar el yo del entorno circundante- es por esto que las personas sienten su sensación de yo disminuye, mientras también se siente conectada con todos y con todo lo que les rodea.
También es por esto que las experiencias trascendentes con frecuencia llevan a las personas a sentirse mejores respecto a sus vidas. Muchos de nosotros gastamos mucho tiempo rumiando y preocupándonos por problemas grandes y pequeños: ¿Qué pasará si pierdo mi trabajo? ¿Qué si me deja? No valgo. Nada de lo que hago importa. ¿Cómo es que me sacudió? Un día voy a morir... En la mayoría de los casos, una experiencia trascendente elimina estos penamientos destructivos de nuestras mentes. "Cuando el ser temporal desaparece", escribe Yaden y sus colegas, "también pueden hacerlo esos miedos y ansiedades".
Las experiencias trascendentes, en otras palabras, traen perspectiva, nos ayudan a abandonar la presunción de que estamos en el centro del mundo. "Podemos experimentar unión con algo mayor que nosotros mismos", como lo expresó William James, "y en esa unión encontrar nuestra mayor paz".
Eso es exactamente lo que sucedió con Janeen. Después de tomar la cápsula de psilocibina, se relajó en un sofá en una acogedora habitación en el laboratorio y escuchó una banda sonora diseñada por los investigadores. La sesió duró ocho horas; el momento más dramático, ella lo recuerda, vino durante "Adagio para Cuerdas" de Samuel Barber. Ella estaba concentrada en la belleza de la música, cuando notó que el ritmo de su respiración estaba siguiendo la melodía. A medida que la música llegó a su climax, y las notas llegaron cada vez más alto, Janeen de repente contuvo su aliento.
"Entonces la canción terminó y en ese momento", dice, "me dí cuenta que estaba bien no respirar más. Fue una revelación extraña. Ser consciente de que estaba bien dejar de respirar - eso fue enorme para mí." Como muchos otros pacientes de cáncer en este estudio, el miedo a la muerte de Janeen se disolvió. "Sólo tengo que recordarme lo que dije: que cuando llegas al final, está bien no respirar."
¿Pero por qué? ¿Qué ha sucedido para llevarla a esta realización? Solamente Janeen sabe todos los detalles de su estado místico. El resto de nosotros sabe solamente que la experiencia la dejó calmada sobre su lugar en el universo, ya sea viva o muerta. Le trajo paz. Y es por esto, cuando llegue el momento, está bien para ella dejar de respirar. Janeen falleció en 2015.

Emily Esfahani Smith es una escritora y autora en Washington, D.C. The story of Janeen Delaney appears in Smith’s book The Power of Meaning: Crafting a Life that Matters.

Fuente: https://www.thecut.com/article/what-a-transcendent-experience-really-means.html

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