vendredi 2 décembre 2016

Agilidad Emocional - Carol Courcy

La agilidad emocional es ser capaz de entrar y salir de las emociones con intencionalidad.
En otras palabras, si piensa que la rabia es la estrategia equivocada, puede cambiar hacia una emoción más adecuada - firmeza, calma, curiosidad, aceptación - en el momento adecuado, en el grado adecuado y con la persona adecuada para el propósito adecuado...
Todos tenemos ya un cierto grado de agilidad emocional. Cualquier persona que tome una respiración profuna o que se tensione antes de una reunión, está practicando alguna forma de agilidad emocional. Si tiene un video de si mismo en el momento en que está tenso, se vería la emoción en su cara. Vería un ceño fruncido.
Podemos desarrollar la habilidad para tener mayor influencia en nuestras vidas. Es más fácil con la emoción adecuada... Hay dos cosas que hacemos con las emociones: primero, ajustamos nuestro patrón de respiración y segundo, cambiamos nuestro rostro.
Cuando estamos atrapados, hemos perdido la emoción adecuada para la tarea o la relación que tenemos al frente. Por ejemplo, si evitamos hacer algo a toda costa, es probable activar mucha apertura y flexibilidad - lo que no es óptimo para completar lo que debemos hacer- y perder emociones como foco y determinación - que ayudarían para entregar a tiempo.
Ser ágil significa saltar hacia deterinación el tiempo suficiente para completar el proyecto como se prometió. Volver a la apertura, cuando la creatividad o pensamiento de posiblidades es la meta.
Las emociones, como dominio de aprendizaje y coaching, son un componente clave del entrenamiento como coaches. Dos factores importantes:

  1. Las emociones son predisposiciones para la acción. Los estudios de Carol Courcy miran cuidadosamente cuatro emociones básicas: resentimiento, ambición, aceptación y resignación. Cada emoción tiene patrones. ¿Qué es automático? ¿Qué decimos, sentimos o hacemos con frecuencia? ¿Qué es predecible en el tono de voz? Por ejemplo, cuando se está inmerso en el resentimiento tendemos a buscar a quién culpar, no nos enfocamos en soluciones. Sin embargo, es casi lo opuesto cuando estamos en la ambición donde buscamos ansiosamente oportunidades o nuevas respuestas. Cuando la aceptación o satisfacción son activadas, es evidente más calma y uno es capaz de dejar la situación como está - por ahora y por siempre.
  2. Podemos aprender nuevas emociones. Aunque somos predecibles en nuestros patrones viejos de comportamiento, no estamos condenados a repetirlos. Dos libros activaron su curiosidad: "Una teoría general del amor" (Lewis, Amini y Lannon), presentan la reverberación emocional - donde una emoción dominante influye lo que es visto y no visto, hecho y no hecho, dicho y no dicho. El segundo es "Optimismo aprendido" de Martin Seligman. Muestra que incluso si somos pesimistas, podemos aprender a ser más optimistas. Estaba fascinada, cómo podemos estar predispuestos a nuevos comportamientos? Aprender y practicar una emoción diferente. Somos lo que practicamos. Movernos desde el resentimiento hacia la aceptación significa practicar aceptación a diario hasta que se apodera de tí.
¿Cómo lo hacemos? ¿Dónde está el mapa? 
Así comienza el desarrollo de la agilidad emocional. 
La posibilidad de sumar experiencias de satisfacción, alegría y paz a las experiencias de duda, auto-crítica o una sensación agobiante de insuficiencia.
Descubrir los patrones propios de resentimiento. Mientras todo pretende estar OK, silenciosamente, culpamos a la economía, al jefe o a los clientes por la infelicidad o descontento propios...
Aunque es una consciencia incómoda en el momento, ir desde el resentimiento hacia la liviandad es un proyecto de aprendizaje en agilidad emocional.
El primer paso es la consciencia. Notar el patrón de resentimiento. Nos quejamos siempre pero no a la persona que puede resolver algo... No ofrecemos ideas o soluciones... En las reuniones, nos centramos en identificar los errores y quién tiene la culpa - antes de resolverlos... con las personas defendiendo sus posiciones, pasamos el tiempo sin soluciones y programamos más reuniones.  
Entonces, llega un momento "ajá"... si queremos más liviandad, necesitamos generar un hábito...
El segundo paso, comenzar a registrar las formas de resentimiento durante unos meses y empezar a hacer lo opuesto. En las reuniones, proponer encontrar soluciones a los errores, antes de discutir culpas... Evitar la tentación de quejarse y culpar tomando descancos para centrarse o caminatas.
Para construir seguridad y confianza en sí mismo, la primera tarea es encontrar formas simples de hacer lo opuesto a lo que estamos dispuestos a hacer y saber que no se va a cumplir el objetivo.
Los pasos 3 y 4 ayudan a diseñar una variedad más amplia de emociones para su guardaropas emocional. Entre más opciones, mayor agilidad.
Deshacer el hábito del resentimiento hacia mayor liviandad, requiere practicar una variedad de emociones. Es posible que no estemos familiarizados con ellas... Aprender alegría, paciencia, dignidad, determinación y confianza como también rabia, desconfianza y tristeza saludable.
Desde el resentimiento, esas nuevas emociones ayudan a decir si cuando quiere decirlo, no cuando quiere decir no y hablar por su cuenta. No siempre es suave. Algunas veces queremos tener razón a ser felices. Practicar cada una de estas emociones tanto como lo necesite para cultivar el hábito de felicidad y satisfacción.

Tomado de: Coach for Emotional Agility and Author of Save Your Inner Tortoise