Perspectiva informada de trauma
Cuando éramos pequeños, nuestros padres tenían total control sobre nosotros.
Ellos nos calmaban
Ellos nos bañaban
Ellos nos animaban cuando estábamos felices, y nos contenían cuando estábamos tristes.
Si ellos nos descuidaban emocionalmente o nos abandonaban, se desarrolla esta intenso anhelo de amor exterior.
Su descuido, en nuestros pequeños cerebros se registró como: "necesito seguir probándome a ellos, para que vuelvan y conecten conmigo".
Cuando crecemos, esto se transforma en una persecución de otras personas que nunca termina.
Nuestro miedo de ser abandonados y sentirnos solos y tristes es tan fuerte, que haríamos lo que fuera para acercar a las personas.
Al mismo tiempo, esto también significa que ponemos todas nuestras esperanzas de ser felices en otras personas.
Tendemos a menudo de enfocarnos en nuestra pareja o amigo cercano como un reemplazo para nuestros cuidadores de la infancia.
Tal vez esta vez ellos finalmente conectarán conmigo y dejaré de sentirme tan solitario.
La próxima vez que sienta esto, mire si puede satisfacer su propia tasa de solidad y pregúntese a sí mismo:
- ¿Qué puedo hacer ahora mismo para sentirme más conectada a mi misma y a los demás?
- ¿Cómo puedo satisfacer mi propia tasa y no poner mi alegría en las manos de una sola persona?
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire