Aún recuerdo hace 11 años cuando me presentaron por primera vez el sistema nervioso y una práctica llamada “focusing”. Había estado estudiando psicoterapia holística y me enamoré por completo.
Me enamoré al descubrir la intimidad que podía tener con los mensajes de mi cuerpo.
Mi cuerpo se convirtió en mi amigo, mi aliado, un mensajero del inframundo que solamente podía ser comprendido mediante el sentimiento, sintiendo, la presencia, la sensación, la emoción, la pulsación, el movimiento, la respiración, el sonido y el contacto.
Hoy, mientras cierro mis ojos y tomo una respiración abdominal profunda, alargo mi columna y encuentro placer al sentir la fortaleza y la sensación de sustento que la columna me ofrece, no puedo evitar sino reflexionar en quién había sido todos esos años anteriores y quién soy en este momento, mientras escribo estas palabras.
Estoy llena de una sensación de reverencia y devoción a lo que la somática me ofrece hoy, tanto personal como profesionalmente.
El trabajo somático me ofreció un cambio de paradigma desde “tengo un cuerpo” hacia “soy un cuerpo”, y con ello, un mundo completamente nuevo se abrió.
Un mundo en el que la intimidad conmigo misma fue puesta en el centro.
En el que cuando sintonizo y me siento lo suficientemente segura para sentir todas las pulsaciones, sensaciones, emociones, movimientos, la postura de mi cuerpo y las partes de mi cuerpo, realmente entran en contacto con quién soy en el momento presente como un ser viviente, que respira, mi auto-consciencia encuerpada se expande no como una práctica momentánea de atención, sino como el punto focal desde el cual opero en la vida.
Cada momento ahora tiene la oportunidad de ser infundido con una sensación de pertenencia, plenitud, placer y conexión, porque me siento segura de estar en mi cuerpo - lo que significa que me siento segura para sentir y sentir la vida a través de todo mi ser – no solamente relacionándome desde mi mente.
Como he reclamado este quiebre cuerpo/mente y recordado mi encuerpamiento, mis clientes están invitados en ese espacio de forma inmediata.
No importa realmente lo que estoy facilitando, haciendo en mi vida diaria o con quién me estoy relacionando. Es mi presencia que guía a las personas al permiso de sentirse seguras para ser ellas mismas (esta es la retroalimentación que constantemente obtengo de amigos, amantes o estudiantes).
No es que yo “haga”algo. Es que estoy habitando una sensación de seguridad, libertad, gracia y comodidad en mi interior (incluso cuando estoy experimentando dolor emocional, sintiéndome desestabilizada o confusa).
A medida que las pequeñas neuronas espejo de la otra persona comienzan a encenderse, su sistema nervioso comienza a regularse con mi sistema nervioso regulado y comienza a encontrar comodidad, libertad y gracia por sí misma.
Es lo que un educador es para mi.
Educas a los demás en nuevas posibilidades dentro de ellos mismos, simplemente siendo un ser humano regulado y encuerpado.
Y es por esto que he creado el entrenamiento certificado para mujeres en línea The Somatic Educator.
Porque lo que ha hecho la somática por mi como educadora, maestra, facilitadora, curadora, CEO, psicoterapeuta, amiga, amante, hija y humana es proveer un punto de anclaje y una sensación de intimidad con mi sentido de Ser. Algo que no reposa sobre una identidad en particular, creencia, narrativa, comunidad, trabajo o relación.
El trabajo somático es un camino que da lugar a la conexión contigo misma, tu sensación encuerpada de plenitud, auto.amor, amor a la vida por sí misma en el centro.
Se vuelve inevitable que comiences a sentirte realmente viva y que muestres a tus clientes cómo hacer lo mismo.
Si estás lista para embarcar el viaje para convertirte en un líder profundamente sintonizado y arraigado, que tiene el poder de educar a través del ser, puedes revisar el link del curso.
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